Man Servants

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—Hola, se comunicó con la oficina de Man Servants, si usted ya es cliente presione el número uno de lo contrario, aguarde y será cordialmente atendido.

Evidentemente un contestador automático le había tomado la llamada, el tono de las cuatro estaciones de Vivaldi (invierno) era la prueba de que debía esperar quién sabe cuánto para que algún ser humano lo atienda.

Pasaron 10 lentos minutos en los cuales Vivaldi había pasado de ser un maestro de la música clásica a un incitador potencial en la mente de un asesino. Nada más irritante que estar escuchando una mala grabación de una gran pieza de la música, Draco se preguntaba ¿qué clase de servicio era éste?, uno que pretendía ser elegante y agradar al público con esa aberrante musiquita, pero que se encargaría de hacerles saber que después de 7 minutos Vivaldi ya no resultaba tan virtuoso.

—Man Servants, mí nombre es Claudia. ¿Con quién tengo el gusto de hablar?

«Por fin...» suspiró cuando su oído se sintió aliviado con la voz de Claudia.

—Hola, mí nombre es.... —estaba pensando en mentir, en no dar a conocer su identidad, porque hacer esto le daba vergüenza, jamás en su vida imagino que tendría que llegar a estos extremos por una mentira, pero si a esa mentira principal le sumaba otra, entonces la red en la que se metería más adelante sería difícil de desenredar.— Draco, Draco Malfoy.

—Ohh, un inglés. —canturreó Claudia—. Bien señor Malfoy, ¿usted sabe que este es un servicio de compañía masculina?

—Sí, sí, por eso es que estoy llamando, necesito... —tragó el nudo que se le había formado en la garganta— ...un Man Servants.

—Ok, solo debo decirle que no todos los chicos de aquí prestan servicios con otros hombres, quiero explicarle bien para que no haya confusiones. El catálogo cuenta con 32 acompañantes masculinos de los cuales solo6 trabajan con homosexuales y/u otros géneros. Así que en su caso la elección es reducida. ¿Me entiende hasta aquí señor Malfoy?

—¡Quiero a Harry! —lo gritó, prácticamente le aulló el nombre a Claudia.

—Okeeyy.... veo que ya conoce a nuestros servidores, pero déjeme decirle señor Malfoy, que la empresa no funciona así, no es como una heladería en la que usted llega y pide helado de chocolate y se lo dan, aquí nos basamos en la confidencialidad y en la disponibilidad, usted entenderá que nuestros chicos tienen otras actividades extra laborales. Por ahora yo solo tomaré algunos datos. Como para qué contexto quiere un acompañante y la fecha exacta. Luego le mandaré a su correo la lista de Servants disponibles y en el momento en que elija el de su preferencia, le estaré enviando el contrato con los detalles específicos de cómo trabaja tanto el chico como nosotros. ¿Está de acuerdo?.
Si usted acepta, seguiremos por el tercer paso.

Draco meditó todo lo dicho por Claudia, había una posibilidad entre 32 que Harry esté disponible para la tonta boda de Luna, y solo quedaban pocas semanas, de no poder ser él quien le acompañe, debía poner en marcha otro plan y encontrar enseguida a alguien que se haga pasar por Harry, «¡¿Dios porque no me muero ahora mismo?!»

—¿Señor Malfoy? ¿Está usted en línea?

—Eh... sí, lo siento. Bien, le daré mí dirección de correo, solo quiero saber cuándo usted me responderá, es que, bueno… estoy carente de opciones, la boda de mí hermana es pronto y ya le dije a la pesada de mí madre qué llevaría un novio que inventé —en la histérica perorata, Draco alcanzó a escuchar el descarado bostezo que emitió Claudia y se avergonzó hasta los pelos por estar hablando de sus penurias con una extraña, a la que seguramente le diría al acompañante lo desesperado que él estaba— lo siento señorita.

The Wedding Date (Harco) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora