CAPÍTULO QUINCE

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HALLIE

¿Desde cuándo?

Esa pregunta ronda en mi mente luego de lo que pasó con Thomas en la madrugada, luego de que presencié sus gritos, su desesperación, luego de que me juzgó viéndome como un monstruo.

¿Desde cuándo desarrollo ese sentimiento por Lily?

Porque no, lo que él siente no es un simple cariño hacia ella, hacia el ser que me gustaría considerar mi "mejor amiga" pero no puedo ya que por lo visto de una u otra manera se está robando la atención de quién me gusta.

Y eso duele, así como también me convierte en una persona hipócrita que finge ser la amiga perfecta frente a sus ojos, cuando realmente me muero de celos.

«Lo siento, Lily­».

No es con intención, te lo juro, pero no puedo obligar a mi corazón a que no suspire y se derrita por él.

Pensar más en lo anterior, me hace volver a tener una serie de recueros que me terminan apretando el pecho, en específico a ese, de hace más o menos dos años atrás.

Todos bailan, gritan, ríen y cantan con botellas en mano al mismo tiempo en el que se besan con la persona que tienen en frente.

A lo lejos, puedo ver a Abraham hablando con su grupito de amigos, San está a la par de él, tiene su brazo por detrás de la cabeza de Abraham, su mano apoyada en el hombro. Con la otra sostiene una cerveza y le da un sorbo.

— ¿Qué ves, cariño?

La voz de Thomas me hace volver a verlo, estoy a horcadas sobre él, sus ojos color miel me hacen sonreír, nerviosa.

—A los chicos, ¿te parece si vamos a ver de qué están hablando?

Sin importarle la gente que hay a nuestro alrededor, coloca sus grandes y fuertes manos sobre encima de la tela que cubre mis nalgas.

—No, no me parece—su mano sube pasando por mi espalda baja, los nervios ahora se apoderan de todo mi cuerpo y más cuando la termina de ubicar en mi nuca—, lo que sí me parece... —me acerca a él en un movimiento rápido, tiene la boca entreabierta y por ello puedo captar el olor de marihuana mezclado con alcohol, también puedo oler su perfume y es... jodidamente exquisito—, es que quiero poder tomar esos labios, ¿me dejas?

—Dios, Thomas... no entiendo por qué preguntas algo tan obvio...

Ante mi respuesta sonríe y estando más cerca de su cara puedo ver lo rojas que están sus mejillas, así como también el largo de sus pestañas antes de que mis ojos se cierren por todo lo que me produce cuando sus labios hacen contacto con los míos, apoyo mis manos en su abdomen con cuidado, siento un apretón en mi nalga y eso me hace jadear sobre su boca.

—Te escogería sobre todo y de todos—empiezo a sentir mariposas— ¿alguna vez te dije lo mucho que me gustas? Y si no lo hice, es porque nunca pensé que me llegarías a gustar tanto.

— ¿Sobre todo y de todos, hjm? —Un tono juguetón acompaña mi pregunta y él se ríe por lo bajo.

— ¿Quieres que lo afirme otra vez, quieres que te lo confirme? Porque lo hago. Te escogería sobre cualquiera, es más, te lo voy a confesar, siempre lo he hecho.

— ¿Hallie?

Vuelvo a mi realidad cuando lo escucho.

Y mi mirada se va a él.

—No lo culpo—hablo de nuevo con Ian, quien está sentado a mi lado—, es decir, tiene derecho a pensar lo que quiera después de todo ¿no?

—Sí, y más cuando sabes perfectamente que a él tocarle a Meinster es como agarrarle un testículo—se pone de pie para ponerse al frente de mí, alzo mi mirada para verlo—Thomas es el ser más bueno que vas a conocer, pero es una persona y es algo que no puedes olvidar—recalca y se muerde el labio inferior—tiene sus facetas y también sus sentimientos.

—Nunca lo había visto así—me sincero con él—tan... furioso, era como otra persona.

Se ríe por lo bajo sin dejar de verme.

—Le dijiste que era igual a Fisher ¿no? —da un paso hasta mí y se inclina— ¿por qué crees que sea?

—Porque San...

Me interrumpe poniendo su índice en mi labio.

—Nosotros conocemos el lado lindo de Thomas mientras que San el lado... feo, el lado del que escapa Thomas porque en el fondo quiere ser una buena persona a pesar de todo lo que ha pasado—se pone nuevamente de pie—Hallie si te soy sincera no hay comparación entre San y Thomas, y te digo porque tengo la fortuna de conocerlos a los dos.

—Tienes razón—me lamo los labios—Thomas es mejor persona...

El gesto que aparece en su cara me hace dejar de hablar.

—Hallie—sonríe de medio lado por unos segundos—no seas ingenua—se lame el labio nuevamente—Thomas es peor que San, San es solo un niño caprichoso con dinero mientras que Thomas ha crecido en un barrio, sus padres se separaron, vive con la imagen de su madre borracha la cual llega todas las noches, tiene la ilusión de que sus padres regresen y el que no lo hagan solamente lo vuelven un niño inestable, un niño con falta de amor, de comprensión y de paz—se vuelve a sentar a mi lado—por eso fuma, y por esa misma razón quiere cambiar ocultando al ser maldito que es, siendo la imagen perfecta para Lily, ya que era una niña sin sufrimiento y sin decepciones...

No hace falta pensar mucho para llegar a la conclusión de que...

—Él siente que fracasó, que le falló...

Vuelvo a verlo y veo como asiente con la cabeza a mi conclusión.

—Exacto Hallie, y el simple hecho de pensar en cómo la trató, lo desborona, lo hunde y lo ciega a tal punto de tratar a la gente a cómo te trató a ti, la culpa de él te la da a ti.

Proceso todo lo que me dice y realmente me sorprende el cómo él lo conoce tan bien, así como también luego de procesar todo eso lo único que pienso es en lo que me dijo.

Y me dolió en el alma.

—Siempre he sabido que es ella—. Le digo sacando eso de mi mente dejando ardiendo todo mi cuerpo por la cólera.

Él me abraza y me soba el brazo tratando de calmarme lo que pensé que ya no sentía y hasta cierto punto lo logra.

Logra calmar el sentimiento de rechazo y de segunda opción.


—Y tu algún día serás ese "siempre ha sido ella" de alguien. Te lo prometo, Hallie.

¿CÓMO APRENDÍ A VOLAR? Libro 1. ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora