Emilio es un buen chico, buen amigo, buena persona, lo único diferente que tiene es que ama el color negro y le gustan demasiado las motos y los tatuajes. Un chico de una familia millonaria y prejuiciosa, muy prejuiciosa, llega a su vida y por cosas...
- Es una mierda, chicos, ¿100 puntos para mañana? Nadie lo hará - Dijo Joaquín.
- Yo lo haré - Dijo Niko.
- Claro, cerebrito - Dijo Joaquín sonriendo.
- No me digas así.
Polo rió ante el puchero de Niko, el rubio le pegó un manotazo en la cabeza a Joaquín debido a su comentario.
- Outsh - Dijo sobándose en dónde Niko había golpeado.
- No es tan difícil, Joaquín, no son puntos largos, ya vimos esos temas en clase - Dijo Polo.
- ¿Entonces me ayudarás, Polo?
- Claro, Joaco.
- Aw, eres adorable.
Polo se sonrojó y Niko apretó sus mejillas.
- Te amamos, Poli.
- Ya, déjenme.
- Cosita - Dijo Joaquín despeinando el castaño cabello de su hermano.
- ¡Joaquín!
Salieron de la universidad riendo, caminaron hacía el auto negro que siempre los llevaba y recogía de la universidad mientras seguían molestando a Polo.
- ¿Quién es un castaño adorable? - Dijo Joaquín en un tono agudo - Polo es un castaño adorable.
- Ya, tonto.
Niko y Joaquín rieron con fuerza mientras Polo se sonrojaba aún más.
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Por su parte Diego había prácticamente obligado a Emilio y a Eduardo a acompañarlo a la universidad privada más costosa de Reino Unido, ¿Para qué? Sólo el peligris lo sabía, quién sabe a quién quería despojar de sus pertenencias.
- Date prisa, Diego, no tengo todo el puto día - Dijo Emilio impacientemente golpeando el suelo con la punta de su bota.
Diego rodó los ojos.
- ¿Puedes esperar, Emilio? Estoy analizando mis próximos objetivos, mira a esa chica, se vé de dinero, ¿No?
- Diego, todos en ésta puta universidad se bañan en plata - Dijo Eduardo antes de darle una calada a su cigarro.
- Ya lo sé, pero algunos son becados.
Eduardo siguió fumando su cigarrillo sin poner atención a nada más, Emiloo usaba su celular; Diego miraba a todos los estudiantes con suma atención.
- Ya me aburrí, ó te apuras ó me largo - Dijo Emilio guardando su celular.
- Joder, espérate.
Emilio alzó su vista y ésta chocó con el chico más hermoso que había visto en toda su vida, por cursi que suene, cabello castaño rizado, piel bronceada, ojos mieles, reía mostrando las arrugas a los lados de sus ojos, tenía la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida.
