Emilio había sido encerrado en una celda, Joaquín permaneció en la estación de policía esperando a que algo sucediera, pagaría cualquier fianza, haría lo que fuera, pero nadie le decía nada. Cuándo ya era muy de noche, Joaquín fué sacado del lugar, éste sacó su celular e intentó llamar a su padre, quién no le había contestado en ninguno de los cientos de intentos anteriores.- Joaquín, hijo, hola.
- Saquen a Emilio de la cárcel, papá, por favor, juro hacer lo que quieran, lo que ustedes me digan, sólo...
Joaquín sollozó.
- Por favor.
- ¿Ves que todo se puede arreglar, Joaco? Te mandaré un correo y cuándo sepa que todos y cada uno de los puntos que hay allí los cumpliste, me encargo de que tu adorado Emilio quede libre, ¿Estamos?
Joaquín sorbió por la nariz.
- ¿Puedes... hacer que pueda quedarme con él ésta noche?
Joaquín escuchó el bufido a través de la línea.
- Seré complaciente hoy, porque eres mi hijo, hay una celda en la parte de atrás de la estación, llamaré y tendrán el permiso de estar allí sin nadie alrededor, ¿Qué tal? Su última noche juntos.
Uberto rió con fuerza, Joaquín cerró sus ojos mientras sus lágrimas no dejaban de salir, ésto no era justo, su padre sólo se estaba burlando de él, ¿Porqué? Él no le había hecho nada, no había sido tan mal hijo, un poco rebelde y caprichoso, pero no era para merecer éste tipo de cosas.
- Está bien.
Joaquín se paró frente a las rejas de la celda de Emilio, el rizado al verlo se puso de pié y se acercó a él.
- ¿Qué pasó?
- Hablé con mi papá, tratará de hacer que te dejen libre, podemos estar juntos ésta noche.
Emilio sonrió.
- Eso es genial, Joaquín, ¿Porqué tienes esa cara?
Joaquín sonrió falsamente.
- Discutí con él, nada importante.
Un policía llegó y abrió la puerta de la celda en la que Emilio se encontraba, inmediatamente Joaquín corrió hacía él refugiándose en sus brazos, el rizado lo abrazó y besó su cabeza. Ambos fueron guiados por el policía por un pasillo de puertas cerradas, hasta llegar a la última puerta del lugar, el policía abrió y cuándo Emilio y Joaquín estuvieron adentro, volvió a cerrar la puerta con seguro.
- ¿Y entonces?
Emiloo estaba sentado en la cama, Joaquín de pié al lado de la puerta, se acercó al rizado y se sentó en sus piernas, el oji-café cruzó los brazos en su cintura.
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Prejuicios // Adaptación Emiliaco
FanfictionEmilio es un buen chico, buen amigo, buena persona, lo único diferente que tiene es que ama el color negro y le gustan demasiado las motos y los tatuajes. Un chico de una familia millonaria y prejuiciosa, muy prejuiciosa, llega a su vida y por cosas...