07

1.3K 177 56
                                    

     Seungmin no tenía clases los martes por la mañana, por lo que había reservado una cita con una peluquera. No es que no confiara en Jeongin, pero él tenía otras cosas más importantes que hacer y además, quería que arreglaran el daño en su cabello después de meses de pintarlo púrpura de forma "casera".

     Le dio un vistazo hacia atrás a Jeongin, cuando lavaba los trastes en la cocina antes de ir a cambiarse para salir y notó que pasaba sus manos por sus piernas y movía su pie derecho como si tuviera un tic, mientras veía las noticias en la televisión, aun en pijamas.

     —¿Estás nervioso? —preguntó Seungmin. Y comenzó a enjuagar la loza.

     —Un poco.

     Jeongin se levantó del sillón y sacó un taburete, que estaba debajo de la barra que se unía con la isla de la cocina. Puso sus antebrazos encima y entrelazó sus manos con el rostro fijo en el delantal de pollitos del otro.

     Seungmin entendía su nerviosismo. "The compass bakers" era una pastelería que aunque era relativamente nueva, era exitosa y ganadora de varios concursos regionales importantes, y el dueño había sido pastelero durante bastante tiempo en una empresa que era conocida a nivel nacional por tener los mejores cupcakes y tartas. Por lo que no era el miedo al rechazo lo que tenía nervioso a Jeongin, sino que lo aceptaran y vieran sus debilidades que tanto intentaba esconder, porque si bien era bueno en clases, no había seguridad de que durante su pasantía le fuera igual.

     —Oye... —murmuró Seungmin. Secó sus manos en su delantal y se dio la vuelta para sentarse en el taburete a un lado del chico y apoyar un brazo sobre la barra—. Estoy seguro de que te irá bien, y que te aceptarán. No te presiones tanto, recién estás empezando.

     —Lo sé. —El chico soltó un suspiro—. ¿Y si vas conmigo?

     —Sabes que sería incómodo para él —habló refiriéndose a Hyunjin—, pero puedes pedirle a Chan que vaya contigo.

     —Con Chan las cosas siguen un poco raras —susurró e hizo un puchero—. ¿Almorzamos juntos, entonces?

     —No creo. —Seungmin se levantó y comenzó a quitarse el delantal.

     —¿Por qué?

     —Lo verás en la tarde.

     —¿Qué vas a hacer? —El chico se puso de pie y tomó ambas manos del otro—. Por favor, no te rapes como Britney Spears.

     —¿Qué dices? —Seungmin soltó una carcajada y empujó al chico—. Mi corazón no está tan roto. Ahora ve a ducharte.

     En los últimos días, Jeongin no se había despegado del chico, por lo que Seungmin se comenzaba a preguntar si Jeongin tenía algún tipo de remordimiento extra por no haber estado a su lado durante los días más dolorosos de su ruptura o si solo quería disfrutar de su tiempo libre con él, ya que cuando Seungmin estaba de novio con Hyunjin, casi no lo veía a pesar de vivir en el mismo lugar.

     Aun así, Seungmin estaba contento de tener a Jeongin cerca, no solo porque le hacía probar lo que aprendía en la universidad y escuchar su opinión, sino porque simplemente le hacía bien. Como también, el hecho de que las cosas entre Jeongin y Chan se estaban calmando. Para Seungmin era un respiro fuera del océano que parecía estar ahogándolo.

     —Escríbeme para saber como te fue —dijo Seungmin antes de salir del departamento, vestido con la chaqueta de Jeongin.

     Finalmente, Chan había aceptado ir con Jeongin a la pastelería. Y Seungmin solo esperaba que les sirviera de algo salir juntos, para que al menos hablaran sobre sus diferencias.


ComunicarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora