Comunicarse

11

     —No quiero que te vayas —dijo Seungmin y una mueca se dibujó en su rostro.

     Minho lo observó mientras ponía el brazo que faltaba dentro de su chaqueta, y cerró la cremallera para abrir sus brazos hacia él. Seungmin no dudo en poner su cabeza en el pecho del otro y rodear su torso.

     Había disfrutado cocinar para él, y luego haber compartido la cena sin la interrupción de alguien más. Por lo que no tenía ganas de que Minho se fuera, necesitaba tenerlo ahí y la idea de que se convirtiera en su nuevo compañero de departamento se le cruzó por la cabeza, pero la quitó de inmediato porque quería evitar tener sentimientos que no fueran de una simple amistad.

     —Pero ya es muy tarde, nos veremos otro día, ¿sí?

     Después de que Minho le contara como hacía el tiramisú con sus colegas y algunas anécdotas con clientes problemáticos, se había fijado en su celular y descubrió que faltaban quince minutos para las once de la noche. Seungmin insistió en que se quedara, y que no tenía problema con compartir su habitación con él, sin embargo, el chico no aceptó porque no quería incomodar a Chan ni a Jeongin con su presencia.

     —Me gustó tenerte aquí.

     —Gracias a ti por invitarme, lo pasé muy bien.

     Seungmin lo soltó, y abrió la puerta mientras lo veía ponerse su gorro negro hacia atrás, aun con la esperanza de que cambiara de parecer y decidiera quedarse, pero no fue así. Sin embargo, antes de que saliera, se escucharon murmullos a lo lejos de una conversación que no parecía amistosa y debido a lo familiar que sonaba, tiró de su invitado para que no avanzara.

     —Dime por qué eres su amigo todavía —habló Chan, estaba en el pasillo, cerca del ascensor.

     —¿Qué te importa? Pensé que lo habíamos pasado bien y sales con esto —dijo Jeongin, apoyado en la pared con molestia en su rostro.

     —Solo te estoy preguntando, ¿te gusta, cierto?

     —¿Por qué crees que soy así? Me conoces, Chan. Odio los triángulos amorosos.

     —No es lo mismo un drama de mierda que nosotros.

     —¿Sabes qué? No, no me gusta Hyunjin. Pero no voy a dejar de ser su amigo solo porque a ti no te parece, ¿y quieres saber algo más? Es mi compañero de trabajo, lo veo todos los días, así que no puedes pedirme que me aleje de él.

     Seungmin tenía la cabeza gacha, atento a la conversación y como escalaba una vez más a algo lo que no quería ser testigo. Salió del departamento y se quedó en medio del pasillo, lo que llamó la atención de ambos chicos.

     —¿Van a pelear toda la noche? Tenemos vecinos por si se les olvidaba —dijo Seungmin, ya no se sentía culpable por sus discusiones, sino que enfadado por ello.

     No le gustaba aquello ni los problemas, quería vivir en paz y no tener que preocuparse por asuntos ajenos. Chan fue el primero en retroceder, y caminó hacia Seungmin. Minho seguía en el marco de la puerta, si decidir entre irse o decir algo.

     —Lo siento. Hola, chicos.

     —¿Qué tal? —saludó Minho.

     A Jeongin le tomó unos segundos si tomar el ascensor o entrar al departamento. Sin embargo, no quiso huir porque eso le daría más razones a Chan para desconfiar de él, y era notable en su rostro que no quería hacerlo.

     —Buenas noches —dijo Jeongin, y al estar dentro cerró la puerta.

     Seungmin observó a Minho con el rostro descompuesto por la situación, hace días que ambos chicos no habían discutido por Hyunjin, pero al parecer algo había pasado que el tema regresaba como si no tuviera otro lugar más que con ellos.