Comunicarse

08

     Le había dicho a sus padres y a sus amigos que tendría una cita con un terapeuta, pero omitió contárselo a Minho. Había una parte de él que le decía que no era buena idea, teniendo en cuenta de que recién estaba formando una amistad con Minho y que quizás él podría comenzar a tratarlo diferente o simplemente se alejaría.

     Durante su clase de economía, seguía pensando en ello, hasta que su celular vibró debajo de un libro. Y como su profesor era un poco extremo en cuanto al uso del aparato, puso como escudo su cuaderno para no ser descubierto y abrió el chat.

     Minhoo:

     "¿Quieres almorzar conmigo?"

     Seungmin sonrió al ver el tierno sticker de una ranita con las mejillas rosadas debajo de la pregunta y le dio una mirada fugaz al hombre que hacía garabatos sobre la pizarra antes de escribir:

     "Salgo a las 13:30. ¿Vienes por mí?"

     Al segundo después recibió la respuesta.

     "Sip, te espero afuera de tu universidad"

     Con sus ojos brillantes reflejados en la pantalla de su celular volvió a sonreír, y después de asegurarse de que su profesor seguía en lo suyo, le envió un sticker de vuelta, de una ranita saltando emocionada.

     La idea de ir a terapia la había pensado desde hace unos días y se terminó convenciendo después de ir a la peluquería, cuando necesitó que sus amigos le dieran ánimos por su nueva apariencia para sentirse seguro de su decisión, pero avergonzándose al pensar en como reaccionaria Hyunjin al verlo.

     No podía evitarlo, lo extrañaba, y cada día esperaba un mensaje de él. Y que le dijera que le parecía lindo, como antes. Seungmin sabía que eso tampoco le hacía bien, Hyunjin había sido claro y no quería lo mismo que él y lo peor era que ya no lo quería, a él.

     Así que el consejo de alguien ajeno, que no lo conociera ni que lo juzgara, se había convertido en una opción cada vez más fuerte. Quería recuperar su confianza, y volver a ser el mismo. Por lo que, en primer lugar, había vuelto a usar el hoodie amarillo chillón que lo identificaba a cuadras de distancia y, sus jeans intervenidos que tenían parches verdes en los bolsillos traseros.

     Cuando el profesor dio por terminada la clase, salió del salón despidiéndose de algunos compañeros y se apresuró a la entrada. La idea de correr como los niños de primaria al autobús, se le cruzó por la cabeza cuando reconoció a lo lejos la gorra azul de Minho, pero se limitó a caminar y no quedar en vergüenza.

     Minho estaba de espaldas, con sus manos en los bolsillos de su chaqueta y miraba hacia los lados con una tranquilidad que a Seungmin le gustaría tener en sus presentaciones. Por lo que se le ocurrió asustarlo y quitarle ese privilegio. Caminó con sigilo detrás de un grupo de chicas, y cuando estuvo cerca puso sus manos sobre los ojos del chico.

     —¿Quién soy? —habló con una voz gruesa fingida y escuchó reír a Minho.

     —¿Un adicto a las donas?

     Sin poder evitarlo se echó a reír, mientras que Minho ponía sus manos tibias sobre las de Seungmin para intentar quitarlas, pero este se resistió.

     —Quiero ver tu nuevo look —pidió Minho. Inclinó su cabeza hacia atrás y chocó con la nariz de Seungmin.

     —Espera, que me da vergüenza.

     —¿Por qué? ¿Te rapaste?

     —No... todavía

     Otra risita salió de sus labios, y quitó sus manos del rostro de Minho. Vio al chico restregarse los ojos y luego se dio la vuelta con una pequeña sonrisa.