Comunicarse

10

     "¿Puedes salir?"

     Seungmin vio el mensaje en su celular cuando estaba en la biblioteca. Tenía media hora libre antes de su próxima clase, por lo que, estaba pasando en limpio algunas cosas que le había preguntado a su profesor, para luego repasar con calma al llegar a casa.

     "¿Estás afuera?"

     "Sip"

     "Voy"

     Guardó sus cosas y salió con prisa del lugar. Ni se dio cuenta de cómo bajó tan rápido desde el tercer piso al primero, solo notó a Minho de espaldas antes de llegar a la entrada, gracias a las puertas de vidrio. Traía su gorra azul hacia atrás, y parecía sostener algo entre sus manos.

     Seungmin empujó la puerta y corrió para abrazarlo por los hombros. Minho se giró sonriente con un café en una mano y una caja pequeña en la otra, traía su chaqueta negra abierta, lo que dejaba ver su atuendo azul marino de la cafetería que tenía una brújula estampada.

     —¿Qué haces aquí? —preguntó Seungmin, sorprendido.

     —Solo quise traerte algo, como anoche me dijiste que tenías clases hasta tarde.

     Minho le dio el café, que al verlo mejor era un "iced americano", y dejó en sus manos una caja típica de las que recibía en "the compass bakers" cuando compraba algo para llevar.

     —Oh, eres el mejor —dijo Seungmin con una sonrisa en su rostro antes de sentir que se le escaparían un par de lágrimas por lo conmovido que estaba—. Muchas gracias.

     —De nada, ahora tengo que irme.

Minho se quiso dar la vuelta, pero Seungmin puso una mano en su antebrazo, como pudo, por tener las manos ocupadas, con la caja y el café.

     —¿Tan rápido? No te vayas.

     —Vine en mi hora de colación, así que debo volver pronto —explicó Minho.

     —Oh, entiendo. Pero ahora que viniste, quiero hacerte una invitación.

     —¿De qué se trata?

     Minho sonrió interesado, y Seungmin bajó su agarre. Sus manos se tocaron por un instante y ambos sonrieron. De repente, parecía que no había nadie más que ellos. Sus ojos no podían dejar de verse el uno al otro, parecía que tenían un imán que no los dejaba apartar la mirada.

     —Bueno, quería que vinieras a cenar a mi departamento. Hablé con Chan y Jeongin para que llegaran más tarde y aceptaron. ¿Puedes mañana?

     —¿Y vas a cocinar tú? —preguntó Minho con cierto atisbo de diversión.

     —Voy a intentarlo por ti.

     —Me convenciste, allí estaré. Por cierto, trae galletas de cereal, de coco y de brownie. Ojalá te gusten.

     Seungmin bajó la mirada, quería reprimir las ganas de abalanzarse sobre él y llenarlo de besos. Minho se veía tan bonito de pie, con los ojos un poco llorosos por el frío, sus mejillas sonrojadas, y sus labios curvados en una media sonrisa.

     —Me gustaría quedarme, pero tengo que volver. Después me dices a qué hora nos juntamos.

     Seungmin abrió sus brazos con sus manos ocupadas y Minho adivinó al instante lo que quería. Así que pasó sus brazos por la cintura del chico, cubierta por la chaqueta de chiporro blanca con cierres negros que no había pasado a recoger al departamento por falta de tiempo.