Capítulo 29: Ushanka

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Aviso: Esta historia no apoya la situación actual con Rusia y Ucrania, cualquier mención del país no significa que estemos a favor o en contra, todo se mantiene neutral.
. . .

El s-signo so-soviético...

Toqué la puerta que estaba entreabierta para llamar su atención y ver su actitud.

— ¡Oh!- volteó a verme y escondió el gorro — ¡México! — dijo fingiendo.

— ¡Hola Quíone! ¿Puedo pasar? — dije amablemente.

— Si, pasa! — dijo con un poco de nervios. Entré a la habitación y cerré la puerta detrás mía y me acerqué a ella.

-- Antes de llegar vi que traías algo negro en las manos ¿Qué era?— pregunté

-- Oh! Nada... Es un gorro que me encontré merodeando por ahí... -- quiso evitarlo.

-- Pero si lo encontraste aquí quiere decir que alguien estuvo aquí, espero que no hayas salido con gente merodeando por ahí— dije preocupado.

-- Ah no, no, no he salido— mintió.

Pude ver sobre la cama una tela negra que asomaba e inmediatamente supe que era el gorro, Quíone estaba sentada encima del gorro tratando de esconderlo. Así que en un movimiento rápido me fui por el gorro y lo agarré.

-- ¡México! ¡Deja eso!— dijo poniendo fuerzas.

-- ¡Quiero verlo!— dije con dificultad.

Al final, México logró quitarle el gorro a la albina y lo observó detenidamente, realmente era hermoso.

-- ¿Cómo lo obtuviste?— dijo mientras lo seguía mirando.

— Bueno, digamos que Alaska sufrió un atentado a muerte y pues me escondí, de la nada me desperté debajo de la nieve, a la hora de quitarme la nieve de encima me percaté de esto -- dijo jugando con sus manos señalando el gorro al decir lo último.

-- Bueno, toma esto y escóndelo muy bien — le entregó el gorro y se fue de la habitación lo cual dejó muy confusa a Quíone.

Habían pasado 3 días después de la escena anterior y México estaba algo preocupado por la situación, él es neutral y no hay mucho problema con eso, el problema es con los gringos.

— ¿México?— se asomó por el marco de la puerta a lo que el tricolor volteó

— ¡Oh! ¡Hola Quíone!— dijo agitando su mano llena de queso a modo de saludo - ¿Sucede algo?

—No, sólo quería venir a verte— dijo con una sonrisa y un mínimo rubor en su mejilla— ¿Qué preparas?

—Estoy rayando el queso añejo para hacer unos ricos elotes

—¡Qué rico!— dijo feliz — Oye, sobre lo del tema del gorro con la estrella...

-—Ya te dije que no habláramos de ese tema...

—Lo sé pero, descubrí algo— mencionó emocionada— Este gorro, es RUSO — dijo alzando el gorro.

— Quíone, guarda silencio, si los empleados nos escuchan le van a decir a los de la Corona Británica

— Pero ¿Si es un gorro ruso, verdad?

— Si ¿Cómo lo supiste?

—¿Qué sabes de ellos? — preguntó.

— Rusia es un país frío pues se ubica al norte, las guerras también lo han hecho así. Sobre su físico, es alto, bastante alto diría yo, pero su padre es aún más alto, es algo robusto por su musculatura y no recuerdo que tan largo tenía el cabello.

—Tu mamá dijo que era guapo— dijo mientras sus mejillas se sonrojaban.

—¿Mi mamá sabe de esto?  Pues supongo que sí

— ¿Más guapo que la ONU?— preguntó asombrada.

— Pues ya depende de cada uno

Los meses pasaron, y ese tema se había despabilado, Quíone llevaba el ushanka pues era un día nublado como siempre pero con una pequeña nevada, la albina iba acompañada de su fiel amiga.

Ella caminaba tranquilamente y decidió darse un baño en el lago de siempre, dejó su trineo y su hacha a lado de un árbol único para saber diferenciarlo y se llevó con ella una navaja que la llevaba a todos lados por precaución.

De la nada el cuerpo se le endureció, sudó frío y pasó saliva con dificultad, había una persona en el lago...
Una persona sentada que admiraba el lago....
Una persona en el lago con un gorro peculiar...

Agradeció que Alaska no tomara ningún impulso animal sobre aquella silueta, retrocedió lentamente con la mirada sobre aquel ser vivo.
Escuchó claramente cómo una rama tronaba bajo sus pies y al parecer, él también la escuchó, las piernas le dejaron de funcionar y cayó a suelo, él se dio la vuelta y ahí pudo apreciar claramente que se trataban de tres colores...
Blanco...
Azul...
Rojo...

Él se levantó y su cara no parecía nada agradable, él nunca había visto esa bandera en su vida y llevaba SU ushanka, el tricolor se abalanzó sobre ella y ella fue jalada por su perro salvaje lo que hizo que reaccionara y se moviera del lugar, era demasiado tarde para el joven pues no pudo atraparla, rápidamente corrió hacia ella, ya se encontraba corriendo.

Ella giró su cuerpo, para intentar enfrentarlo, el joven de cabello albino con su mano izquierda tomó su gorro mientras que con su mano derecha sacó un cuchillo e intentó apuñalarle las costillas, ella en cambio, con su mano derecha se dirigió al brazo izquierdo del comunista y con el izquierdo intentó detenerlo.

Rusia sintió claramente cómo su pierna izquierda fue mordida, la mano que tenía la espada ya no podía ser incrustada en las costillas de la albina pero a cambio unos cortes sobre su brazo izquierdo aparecieron y heridas hacia el lobo albino que lo atacaba sobre el lomo y patas, Alaska huyó. Y Quíone igual.

Rusia dejó de seguirla pues ya había obtenido lo que quería. Momentos después se puso a rebobinar y analizar cada una de las acciones hechas. Esa persona nueva...

¿Quién es ella?

. . .

Hello Quíone! (Rusia x Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora