Mientras mi hermana y yo seguimos recogiendo, escucho otra voz que no pertenece ni a Emma ni a Raúl. Se trata de Marta, otra compañera de piso nuestra, que más que compañera es una mandona repelente. Está casada con otro títere igual que ella, Juan. En estos momentos no se encontraba, ya que se levanta temprano para trabajar. Este matrimonio, nos ha hecho la vida imposible en más de una ocasión, al igual que Emma.
Mi hermana se acaba de colgar la mochila con las pocas pertenencias que tiene, por lo que no tardamos en salir. Raúl sigue discutiendo con Emma, a la que se la ha unido Marta. Llegamos al salón y las chispas salían por todos lados.
— ¿Pero tú quién te has creído que eres niñata? – Pregunta Marta con la cara de malcriada que tiene. Es alta y parece fuerte. Su rostro es alargado y tiene una nariz puntiaguda que la hace parecer aún más bruja de lo que es. Su pelo es largo y enredado. Es una persona muy repulsiva.
— Alguien que no volverás a ver nunca más. – Le contesto mirándole a esos oscuros ojos. – Vámonos de aquí ya. – Les digo a Raúl y Carol.
— De eso nada, tú no vas a ninguna parte. Nos tienes que limpiar el cuarto y luego hacernos la colada y más tarde tienes que limpiar el baño. – Explica Marta.
— ¿Pero quién te has creído que eres? – Replica Raúl. – Ella no es tú criada, deja ya de atosigar a la gente y aprende a hacer las cosas por ti misma, porque a partir de ahora es lo que tendréis que hacer. – Exclama plantándole cara.
Me coge del brazo y me conduce hacia la puerta, yo agarro del brazo también a mi hermana para que no se quede atrás. Emma y Marta nos persiguen, pero son lentas debido a la falta de ejercicio y de vivir sin un mero esfuerzo. Llegamos hacia la puerta, pero antes debo acercarme a la cocina. Sé que detrás de un azulejo hay una pistola con varios cargadores, que mis padres me dejaron para cualquier emergencia y esta ocasión lo es. No volveré más a este lugar y aunque sea un arma, no pienso dejar algo que les perteneció, aquí, en este manicomio, ya que fue lo único que nos dejaron para protegernos. Tardo un minuto. Carol y Raúl ya se encuentran fuera del piso. Estoy a punto de salir por el portal cuando oigo un disparo. Me noto un ardor en la pierna y veo que me han dado ¿De dónde habrán sacado una pistola? ¿La habrán cogido mientras yo hacía lo mismo en la cocina?
La sangre empieza a caer sobre mi piel, pero eso no me va a frenar, corro hasta donde están Carol y Raúl cojeando. Veo a mis espaldas a Emma con una pistola, y uso la de mis padres que acabo de coger disparando a ciegas mientras sigo corriendo. Oigo un chillido ¿Le habré dado?
Llego hasta donde están mi hermana y Raúl medio coja y con la pierna ensangrentada. Raúl me coge por un hombro y me ayuda a seguir caminando. Pero Marta se acerca hacia nosotros con otra pistola. Veo a Emma tirada en el suelo sollozando, por lo que le he debido dar a ella.
— Raúl, cógeme en brazos, como sigamos así nos cogen, y estarán a punto de llegar guardias, si no han avisado ya. – le ordeno y él me coge en brazos.
— Corre por esa dirección Carol y adelántate - Señala Raúl a mi hermana, para que ella avance más que nosotros.- Lisa, si ves que esa estúpida que has tenido conviviendo contigo empieza a disparar, haz tú lo mismo. – me dice y yo asiento. – Otra cosa, dame tu reloj, ya han avisado a los guardias, así que ese reloj ahora es nuestra perdición.
Me quito el reloj de la muñeca. Está pitando y no para de hablar la vocecita del reloj saliendo una luz en rojo de alarma.
"Incumplimiento del protocolo, Incumplimiento del protocolo. Póngase el reloj en menos de 10 segundo o las autoridades serán avisadas. 10... 9... 8...7... 6...."
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Radioactivos
Teen FictionAño 2085, todos nos creíamos que el futuro sería como una película utópica, con una ciencia muy avanzada, coches flotantes, teletransportaciones, etc. Pues es justo lo contrario. Todo el mundo está destruido, la contaminación cada vez es mayor, ha h...