Capítulo 4

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— Me gustaría hablar con tu hermana y contigo a solas si es posible, un momento. – Luís se da la vuelta dirigiéndose ahora a las personas que rodaban la mesa. – Chicos, luego seguimos, despejad la sala por favor.

Todas las personas que están sentadas rodeando la mesa se empiezan a dispersar y a salir de la sala entre murmullos, como si no entendiesen que estuviera pasando, y la verdad, que yo me siento justo como ellos.

— Raúl por favor, puedes esperar fuera. – Le dice Luis a Raúl, y sale sin rechistar. – Bien, ya estamos solos. Por favor tomad asiento, busco unos datos y me pongo con vosotras. – Nos señala mientras él se dirige al final de la mesa donde tiene un ordenador justo delante de él.

Nos sentamos a su lado y él empieza a mirar en su ordenador. Me fijo que en la mesa, al ser de un cristal transparente, se ve como en el centro tiene el mismo símbolo que el del colgante que encontró mi hermana en el instituto. El ordenador también tiene el símbolo del águila. Parece como el emblema de la Resistencia. Miro a mi hermana y tiene la mirada perdida, estará asustada, ya que de un día para otro se ha visto envuelta en un cambio muy drástico de todo lo que le rodeaba, lo que ella no sabe es que me siento igual o peor, ya que estamos con alguien que acabamos de conocer y no sabemos si será para bien o para mal. Luís sigue pendiente del ordenador. 

Miro a mi alrededor y la sala tiene una luz atenuada que da un toque de misterio al ambiente, también las paredes están recubiertas de metal, excepto por una que la cubre un espejo. Tenemos la pared del espejo justo delante nuestra, mi hermana y yo nos miramos al espejo, algo que no hacemos desde hace más de una década. Ella tiene el pelo corto y rojizo. Se lo corto siempre el día de su cumpleaños, es una chica delgaducha, como yo, pero menos desarrollada. Lo que nos diferencia es nuestro pelo y nuestros ojos, por todo lo demás nos parecemos muchísimo. Yo tengo el pelo largo y castaño, y ojos grises, mientras ella los tiene de un negro oscuro. Al estar atentas al espejo, Luis nos asusta dando un golpe en la mesa mirando al ordenador.

— ¡Lo tengo! – Exclama mientras sigue mirando el ordenador.

Mi hermana y yo nos miramos extrañadas.

— Perdonad chicas, estaba buscando el programa que determina de quién era esa insignia que encontrasteis, así podremos saber más sobre lo que pasó. Primero, explicadme dónde y cómo la encontrasteis. – Dice Luis dirigiéndose a las dos.

— Pues... - Empieza a hablar mi hermana tímidamente. – La encontré yo en el baño del instituto.

— ¿En un instituto? Puede ser la persona que andábamos buscando. Llevaba sin dar señales de vida mas de una semana y por eso mandamos a inspeccionar la zona a unos cuantos. Que la dejara en el baño del instituto es lo que me preocupa. – Se extraña Luís.

— Eh... bueno si, no estaba tampoco a simple vista en el baño. Yo la vi, porque estaba escondida detrás del retrete y al entrar justo le daba la luz de la ventana y vi un pequeño reflejo. – Se explica mi hermana.

— Entiendo, aun así, sigue siendo raro y preocupante. Si me permitís, ¿me la podéis dar un segundo? Así podremos confirmar a quien le pertenecía y si es falsa o verdadera. – Nos indica Luís.

Cojo la insignia y se la doy. Luís la pone en una especie de plataforma. Vemos como empieza a escanearse y la incertidumbre llena la sala.

— Ya veo, esta insignia es real. Perteneció a Cameron Raicu, una de nuestras graduadas este año. La enviamos hace más de un mes a una misión donde tenía que recuperar unos archivos científicos en una de las bases del Gobierno, parece que el lugar estaba cerca de vuestro instituto o puede que la base se encontrara en ese lugar y estuviera en peligro. La última notificación que tiene la insignia es de rendición, la marcó para que supiéramos que había sido capturada o que se encontraba en problemas. Aún así, la notificación no nos salto en el sistema. Puede que se quitara la insignia antes de tiempo y no se terminara de enviar la notificación. – Explica Luís, y nos quedamos atontadas.

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