capítulo cuatro.

2.6K 301 54
                                    

Cuando finalmente estuvo listo, salió del hotel con toda la paz del mundo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando finalmente estuvo listo, salió del hotel con toda la paz del mundo. Antes de salir de la habitación, el desayuno que Chan había ordenado a la habitación estaba listo para ser entregado. Felix le dio los buenos días respetuosamente al joven empleado y siguió su camino.

Ahora se encontraba en una bonita cafetería nueva que habían abierto hace unas semanas atrás. Seungmin ya estaba ahí esperándolo, así que no fue muy difícil divisarlo entre las otras mesas.

-Al fin apareces -dijo, observando a Felix sentarse delante suyo-. ¿Sabes lo preocupado que estaba ayer por ti? ¡Estuve a punto de llamarte hasta por los parlantes!

-Ya, ya, perdóname. Fue mi culpa así que estoy aquí para eso, para invitarte al desayuno y contarte lo sucedido -soltó un suspiro.

Pronto, un chico de estatura media se acercó hasta la mesa donde ambos estaban. Sacó una pequeña libreta para anotar los pedidos de cada uno. Se presentó con una ligera reverencia y luego tomó la orden. Felix pidió un café con leche y una rebanada de tarta de limón, mientras Seungmin, pidió varias rebanadas de pan, juntos con un sándwich. La verdad, es que no tenía tanta hambre, pero como sabía que Felix era el que iba a pagar, era un modo de venganza.

-¿Te vas a comer todo eso...? -preguntó asombrado al ver todo lo que había pedido llegar a la mesa, al menos cinco platillos diferentes y un té verde.

-No, pero tú vas a pagar. Y eso no sucede todo los días, hay que aprovechar. Además, me lo merezco después de haberme quedado esperándote por al menos una hora sin saber que ya te habías marchado.

-Perdón, Seungmin... En verdad te juro que después de contarte esto, me vas a dar la razón -Felix se llevó ambas manos a su rostro, abochornado al recordar la noche anterior.

¿Por qué se había dejado llevar? Claro, porque Chan era tan ridículamente irresistible y su cuerpo liberó hormonas como si fuese un adolescente de quince años.

-Bueno, dejemos eso atrás. Ya lo olvidé, ¿ahora sí me vas a decir por qué te atreviste a dejarme plantado en una salida que tú mismo planeaste a último momento? - enarcó una ceja, exigiendo una respuesta.

-Verás, Seungmin... Esto puede resultarte demasiado extraño. ¡Y te lo advierto porque ni siquiera yo puedo aceptarlo todavía! -apuntó antes de que lo juzgara-. He tenido... Algunos problemas con Chan, porque como te dije, ha estado intentando de alguna manera muy... Extraña, que me cambie de habitación. Sin embargo, yo tampoco pienso dejárselo tan sencillo.

-Bueno, ¿entonces qué? Eso ya me lo comentaste ayer -dice, sorbiendo un poco de su té verde.

-Correcto. Pero ayer... Me hizo dudar de sus verdaderas intenciones, incluso me hizo dudar si realmente me odia o solo fingió ser amable para después humillarme. ¡Ay, no sé! Es tan difícil de leer.

-¿No será que tú eres muy ciego como para ver lo que realmente quiere?

Felix lo miró confundido.

-¿A qué te refieres?

mr. feelgood › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora