capítulo final.

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Había pasado exactamente una semana desde la última vez en la que ambos pudieron estar juntos, llámenlo por cuestión de trabajo o tiempo, pero extrañamente Felix notó un comportamiento inusual en Chan, empezando porque pasó tres días sin llegar a ...

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Había pasado exactamente una semana desde la última vez en la que ambos pudieron estar juntos, llámenlo por cuestión de trabajo o tiempo, pero extrañamente Felix notó un comportamiento inusual en Chan, empezando porque pasó tres días sin llegar a la habitación y cuando llegó, estaba tan exhausto que durmió casi todo el día, y cuando volvió a despertarse, volvió a irse.

Sí, entendía que quizá podía estar muy ocupado con su trabajo, pero... las pocas veces que pudo coincidir con él, siempre era la misma historia, estaba cansado, o simplemente no quería hablar de ello. No iba a comenzar a preocuparse en vano, pero al menos quería una respuesta suya, no solo que lo evitara como si fuera un desconocido en la habitación.

—Ugh... —resopló, tallándose el rostro.

Esta vez, Felix fue el último en despertar, usualmente siempre era el que se levantaba primero, pero al parecer, el sonido de la ducha le indicó que ya Chan estaba tomando un baño, y que probablemente estaría por salir pronto, como se estaba haciendo costumbre.

El reloj marcaba las siete con cuarenta, y los rayos del sol ya estaban iluminando suficientemente la habitación. Desgraciadamente, ese día era uno en los que se levantaba de mal humor. Estrés, frustración, ganas de golpear a Chan, todo se le acumuló en una sola mañana. Tampoco estaba seguro de soportar cualquier berrinche.

—Buenos días, Felix —le saludó cortésmente cuando entró a la habitación.

Lo que no esperaba era ver el rostro de completo fastidio por parte suya.

—¿Qué tienen de buenos? —respondió cortante, levantándose para meterse a la ducha.

Ese día tenía una reunión con su representante y luego con el equipo del set. Algunas cosas mínimas que tenía que solucionar.

—¿Pasa algo? —preguntó confundido, observándole pasar a su lado sin que le dedicara una sola mirada. Ni siquiera de reojo.

Él negó.

—Voy a salir, probablemente vuelva en la noche —avisó.

Chan lo observó marcharse con un rostro cansado, tenía ojeras por no haber dormido las dos últimas noches, su cabello estaba algo despeinado y se le notaba de mal humor. Quería pensar que solo eran de esos días en los que no se sentía tan bien.

Lastimosamente, él sabía que no era solo mal humor. Felix había estado distante los dos últimos días porque él estuvo ocupado toda la semana. Porque no le contó exactamente qué estaba pasando con sus horarios y llegadas tardías, por estar tantos días en silencio.

Tampoco tenían tiempo para disfrutar de la noche y de su compañía.

—Espera, Felixie... —se volteó para encararlo, pero ya este había azotado la puerta del baño, con una clara advertencia de que no se acercara si no quería salir con un ojo morado.

mr. feelgood › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora