capítulo diez.

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La tarde del día siguiente Felix se reunió en la cafetería, que estaba cerca del hotel, con Seungmin

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La tarde del día siguiente Felix se reunió en la cafetería, que estaba cerca del hotel, con Seungmin. Ciertamente toda la situación que había ocurrido con Chan le dejaba los nervios de punta. Y aunque estaba completamente seguro de que su mejor amigo se burlaría o le diría el típico: "Te lo dije", Seungmin lo tomó de buen humor y le aconsejó que se cuestionara que era lo que realmente buscaba del chico. Pero la respuesta siempre era la misma: «No lo sé».

-Nos veremos luego, Seungmin.

-Te enviaré un mensaje cuando llegue a mi departamento, Felixie -subió al taxi que hace unos segundos atrás había pedido y se fue.

Lo bueno para Felix era que la cafetería, al estar tan cerca de hotel, perfectamente podía irse caminando.

-¿Hm? -miró hacia el cielo, dándose cuenta de que no faltaba mucho tiempo para que las gotas de lluvia comenzaran a caer-, es mejor que corra si no quiero llegar completamente empapado.

Se apresuró a llegar al hotel con pasos rápidos, después de todo tres cuadras eran suficientes para llegar a tiempo. Para su buena suerte, apenas entró a recepción, la lluvia comenzó a caer como torrencial, y la gente corrió para buscar refugio. Agradecía profundamente haber llegado a tiempo.

Justo cuando estuvo a punto de dirigirse al ascensor para subir a su habitación compartida, la recepcionista llamó su atención para que firmara unos papeles que habían dejado en el hotel a su nombre. Curioso, se acercó mas no objetó nada, podía ser del staff, o algún otro proyecto que tendría más adelante.

-¿Esto es todo lo que tengo que firmar? -pregunto, devolviendo el lapicero al escritorio.

-Es correcto -afirmó la chica-. Ah, uh... Ahora que lo recuerdo hay algo más también -de un lado del escritorio sacó una sofisticada caja color oro rectangular, al frente estaba sujetada con un lazo amarillo y con una letra cursiva escrita en la tapa que aún no veía exactamente qué decía-. Esto es para usted, lo dejaron como un obsequio.

Felix abrió sus ojos sorprendido, y se apuntó a sí mismo.

-¿Para mí? -preguntó aún dudoso, aceptando la caja que la recepcionista le tendía. Se fijó cuidadosamente, y se dio cuenta que era una caja de chocolates.

Godiva Chocolatier; Belgium 1926.

-¿Está segura de que esto es para mí? -alza su mirada.

Realmente quiere cerciorarse de que no se estaba equivocando de persona. ¿Qué si luego no eran para él, y ya había acabado con la mitad de ellos? No podía haber algo más vergonzoso que eso.

-Lo mandó un cliente por teléfono. No dejó nombre, ni número. Pero sí dijo que era para un cliente en específico del hotel. Habitación doscientos treinta y dos, nombre: Lee Felix. Hemos recopilado los datos, y efectivamente es usted, Mr. Lee. No nos hemos equivocado de persona.

mr. feelgood › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora