capítulo uno.

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Y tal como lo había prometido

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Y tal como lo había prometido. Felix llevó su maleta y equipaje hacia la misma habitación en la que se encontraba Chan. Al principio, la asustadiza recepcionista le insistió a cada uno que no era buena idea que convivieran juntos cuando había un espacioso hotel con más de cien habitaciones disponibles. Obviamente, la chica no quería meterse en problemas, por lo que casi les ruega de rodillas que escogieran una habitación aparte. Sin embargo, se tranquilizó un poco al saber que esos dos chicos no eran completos extraños como ella pensó, sino que ya se conocían de antes, o al menos eso era lo que le habían asegurado.

De alguna forma eso la calmaba. Aunque eso no significaba que lo dejaría pasar, apenas se desocupara una de las habitaciones especiales, les avisaría a ambos.

-Si pierdo este trabajo, no sé qué cara les daré a mis padres -la chica suspiró profundamente, agobiada.

Por otro lado, Felix ahora mismo estaba encerrado en una pequeña sala que la gran habitación tenía, leyendo un guion de una grabación que tendría dentro de unas semanas. La vista era tranquila y preciosa, por no decir que era la mejor de todas, esa ventana reflejaba los grandes edificios de la ciudad y las pequeñas luces que se veían a lo lejos. Y justo ahora mismo detestaba estar compartiendo un espacio que se suponía que debía ser de él.

¿Cómo había pasado todo aquello? ¿Por qué ahora estaba liándose con un chiquillo engreído que había sido su dolor de cabeza en la universidad en una misma habitación? ¿Qué cosas tan horribles podían pasar estando ahí juntos?

Felix no quería ni darle vueltas al asunto, porque todas las veces que estuvo en la universidad, llevando una misma materia en la que ambos coincidían, Chan siempre lo pasó molestando. Le tiraba los libros, le rayaba los cuadernos, algunas veces pasaba por su lado y hasta lo empujaba.

Cualquiera diría que era una clara señal de llamar su atención. Pero él se lo había tomado tan a pecho que realmente llegó a pensar que Chan tenía una rivalidad con él solo por ser considerado uno de los chicos más lindos de la universidad.

Trató de concentrarse en lo que leía y tenía que aprenderse. Pero por alguna u otra razón su mente siempre terminaba en el mismo lugar: Bang Chan.

-Si no fuese tan engreído probablemente le hubiera dejado la habitación para sí mismo y evitar problemas. ¿Pero quién se cree tratando a las personas de esa manera? Alguien tiene que enseñarle a no ser tan maleducado -frunce el ceño, recordando lo amenazante que se había mostrado-. ¡Y se atreve a amenazarme! Ugh... -gruñe con frustración.

En un estilo de rabieta, tira el guion a su lado y echa su cabeza hacia atrás, con una mano en el puente de su nariz. Una parte en su interior le decía que no tenía caso estar compartiendo una habitación, tan sencillo que era ir a recepción y pedir otra. Pero su orgullo también lo echaba hacia atrás. De todas las cosas que Chan le había hecho en el pasado era bueno por lo menos darle una lección.

mr. feelgood › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora