capítulo doce.

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A la mañana siguiente, Felix despertó con un terrible dolor de caderas que le hizo recordar absolutamente todo lo que pasó la noche anterior

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A la mañana siguiente, Felix despertó con un terrible dolor de caderas que le hizo recordar absolutamente todo lo que pasó la noche anterior. Lo disfrutó tanto que ni siquiera podía pensar en qué momento había caído rendido sobre las sábanas, no obstante, el hecho de tener un insoportable dolor que cruzaba parte de su espalda era más fuerte de lo que podía disfrutar.

Se reincorporó lentamente sobre la cama, siendo cuidadoso de no hacer un movimiento en falso. Los rayos del sol se colaban por la cortina e iluminaban completamente la habitación. Volteó hacia los lados buscando algún rastro de Chan, pero lo único que encontró fue su camiseta en el respaldar de la cama, probablemente estaba tomando una ducha.

—Buenos días, Felix —hablando del chico, y este aparecía justamente en el momento sosteniendo una bandeja con algunos platillos y dos vasos. Uno con agua, y el otro con lo que parecía ser jugo—. Acaba de llegar el servicio a la habitación, pedí el desayuno y algunas pastillas para el dolor... —se sentó a su lado, dejando ver algunas tostadas y tocino.

—¿Qué es esto? —preguntó sin salir de su asombro.

—¿No te gustan las tostadas? Creí que sí...

Felix soltó una risa encantadora, dándose cuenta del tierno acto que Chan había hecho por él. Por un momento pensó que iba a desentender del asunto pero... Realmente le había sorprendido. Es decir, a pesar de que proyectaba la imagen de un chico malo, insensible y sin sentimientos era totalmente una falacia porque a fin de cuentas, él sabía que en el fondo era un chico tierno, dulce y mimado. Aunque muchas veces solía ser un tanto odioso, pero ya eso era parte de su personalidad.

—Sí, sí me gustan —confiesa, acomodando la bandeja encima de sus piernas—. No creí que fueras tan considerado.

—Contigo siempre, Felixie.

—Pues ayer me demostraste lo contrario —dice juguetón, tomando un sorbo del jugo de naranja que había en la bandeja. Channie sonríe tímido y le alcanza las pastillas.

—Perdóname por eso... no pude controlarme porque siempre fuiste mi sueño húmedo en la universidad y al ver que ayer lo cumplía... Simplemente me descontrolé —dice apenado, pero con mucha sinceridad. Después de todo, Chan siempre había tenido un crush con él, solo que nunca supo cómo demostrar interés, y al ser tan joven... Creía que molestando a Felix iba a captar su atención—. Tómate las pastillas, aquí te traje un vaso con agua.

Felix asintió y tomó una de las pastillas para colocarla en la punta de su lengua y luego tragársela con un poco de agua.

—¿Te sientes mejor? —inquiere, mirándolo directamente.

—Aún duele, pero puedo caminar. No es como que me hubieras dejado inválido —ríe.

Chan se queda pensativo. Como si hubiera pasado toda la mañana meditando sobre una decisión muy importante, pero no tiene ni la más mínima idea de cómo comentársela. Es por eso que en el breve silencio que hubo entre ellos, Felix rápidamente captó que algo no andaba bien, empezando por su rostro serio y mirada fija en el suelo.

mr. feelgood › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora