La primera semana de clases termino y no me cruce con Miranda en ningún momento. El martes llegué dispuesta a ignorarla si me la topaba, pero no la vi en el resto de la semana.
Su horario cambio tan drásticamente que solo compartíamos dos horas de artes los lunes y la hora de almuerzo también es diferente.
No estoy segura de cómo me siento. Sigo un poco triste por lo que le escuche decir, pero creo que una parte de mi ansia verla.
Ahora mismo sigo en el colegio, la jornada termino hace casi ya una hora, pero yo estoy en la oficina de la secretaria porque necesito otro saco.
El que tengo, gracias a la lluvia, se secó del todo recién ayer, y claro es que recibí más de una llamada de atención por parte de los profesores por no llevar el uniforme completo. Cuando le comete a la secretaria mi situación después de que el maestro de historia me enviara a su oficina por no llevar el saco, me pidió que me quedara después de clase para que me diera otro, le dije que no traía dinero para pagarlo y me dijo que se lo pagara después.
Estoy leyendo una publicación a cerca de tecnología cuando la puerta se abre, dejándome ver a Miranda.
Viene con el uniforme algo fuera de lugar y la respiración un poco acelerada. El moño no le alcanza a sostener algunos pequeños mechones que le caen sobre la cara, pero aun así soy capaz de detallarla por completo.
Me molesto conmigo misma por dejare embelesar con ella y aparto la mirada para evitar volver a caer.
—Hola—dice intentando regular su respiración.
—Hola—contesto intentando no sonar ilusionada por tenerla a escasos metros.
Se sienta en la silla que esta frente a mí y el silencio se presenta en la sala.
—Leah, con lo respecto a lo del otro día, yo...
Es interrumpida por Alice, quien entra con el saco en una bolsa. En ese momento quiero agarrar a la secretaria por el cabello y quitarle los implantes capilares.
Me lo entrega y abre para puerta para que Miranda pase. Entra y antes de cerrar la puerta la mujer me dice:
—Me pagas después, ya puedes irte.
No me muevo y ella hace un gesto con la mano indicándome la salida. No me queda otra opción así que hago lo que dice y me voy, dejando a Miranda y su explicación atrás.
***
El fin de semana es aburrido, me limito a practicar piano, ver algunas series y leer.
El domingo me llega un mensaje de Regi después del desayuno invitándome a un picnic en la playa con su familia. Le pregunto si los Fletcher asistirán y cuando me dice que no mis ganas de ir se reducen aún más.
No es que me lleve mal con los padres de Regi, pero son muy serios y hablan siempre de negociosos. Su madre es dulce y su hermana encantadora, pero jamás hablan de algo que a mi me interese.
Mi madre entra a mi habitación a preguntarme si saldré hoy porque ayer me quede todo el día en casa, me quedo callada y cuando veo que abre la boca para soltarme el discurso de que soy joven y tengo que salir a disfrutar porque en un futuro no lo podré hacer y me arrepentiré, le comento lo del picnic con los Lennox. Sonríe a medias y me pregunta si no quiero que me planche nada nada para ponerme, le digo que no y se despide antes de irse al trabajo.
Media hora antes de que la hora establecida llegue, me comienzo a arreglar. Me pongo un vestido holgado verde limón y un sombrero con un lazo del mismo tono. Meto bloqueador, una toalla, una pelota inflable y unas fresas que encontré en la nevera en una bolsa de playa y me maquillo rápidamente colocándome solo un poco de rubor y mascara de pestañas.
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Road
RomanceLeah es una chica a la que le gusta la lectura, el dibujo, la música y no suele salir de fiesta. Ha tenido varios novios, pero con ninguno dura demasiado ya que, si no los deja porque no se siente cómoda, están con ella por una apuesta. Cuando una...