No sé en qué momento sucedió, pero ya estamos a mediados de octubre. Mir volvió al colegio el lunes después de aquel día que la encontramos en la cafetería y Regi se disculpó con un lindo video que él mismo se tomó el tiempo de editar. Sin embargo, no hemos sacado el tema que nos llevó a esa discusión en estas semanas. Eh decidido que hablaremos de ello cuando él quiera.
No eh hablado mucho con Miranda debido a que ella se está poniendo al día con el colegio. A pesar de que Deena y yo tratamos de ayudarla lo más que se pudo, hubo algunas cosas que solo ella iba a poder hacer.
—Creo que ahora si la tengo—Dice Regi cuando se sienta frente a mí en un banco del jardín.
—¿La solución al problema de tus pies? —le pregunto y me cubre la boca con una mano. Algo sonrojado.
Hace unos años, por aceptar un reto, Regi se lanzó a una piscina en la que era más que obvio que no había buena higiene. Estuvo ahí cera de una hora él solo nadando y haciendo idioteces, lo que obtuvo una semana más tarde fue un hongo en las uñas de sus pies que hacen que estas se oscurezcan.
Desde entonces ha estado buscando una forma de eliminar dicho hongo para dejar de pintarse las uñas cada vez que quiere ir a la playa. Sonará tonto que Regi se pinte la uñas, pero lo hace de un color claro que hace que el tono que sus uñas han ido adquiriendo no sea tan notorio. Él lo detesta porque dice que la pedicura es solo para mujeres.
—No, tonta. A Melissa.
Levanto mis cejas ante se declaración, es increíble que de verdad lo haya vuelto a intentar.
—Ok, haré de cuanta que la sorpresa en tu cara no me ofende. Hemos estado hablando bastante las últimas semanas por mensaje y me la he encontrado ya dos veces esperando por mí en mi casillero en las mañanas.
—Wow, eso es... wow.
No sé qué decir, siempre pensé que Melissa era alguien a quien encontró cuando le dejé claro que solo lo quería como amigo.
—¿Verdad? Wow. —él sonríe tan amplio que me es imposible no copiar su acción.
—No lo puedo creer, Reginald Lennox saliendo con la líder de porristas.
Suelta una risita y pone sus manos tras su cabeza, llevando todo su peso hacía atrás.
—Yo no diría saliendo, solo nos estamos viendo, hablamos, pero nada más.
—Aja... la quieres invitar a salir, a mí no me mientes—. Roba una uva de mi almuerzo y se la lleva a la boca.
—Tal vez si, tal vez no...—se encoge de hombros.
—Vamos Regi, eres un chico increíble, estoy segura de que ella no te volverá a decir no. Pero tampoco te apresures. —el ríe antes de levantarse, darme un beso cariñoso en la mejilla e irse, dándome las gracias.
Veo la hora en uno de los tantos relojes que están alrededor del colegio y me doy cuenta que aún me da tiempo de ir a la biblioteca a buscar un libro que necesito para la clase de biología. Junto mis cosas, las tomo y me encamino a la biblioteca.
Cuando llego, noto que esta técnicamente vacía, solo hay un chico del club de informática revisando algo en las computadoras, lo acompaña la señorita Smith, la bibliotecaria. Seguramente otra vez introdujeron virus a las máquinas.
Busco atentamente entre los estantes de libros de ciencias hasta llegar la zona de biología y comenzar a leer los títulos en los lomos para encontrar algo que me sirva para mi tarea.
Estoy por empezar mi búsqueda en el próximo estante cuando un molesto sonido llega a mis oídos: la voz de Diana.
—¿Pueden irse, por favor? Estoy tratando de trabajar.

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Road
RomansLeah es una chica a la que le gusta la lectura, el dibujo, la música y no suele salir de fiesta. Ha tenido varios novios, pero con ninguno dura demasiado ya que, si no los deja porque no se siente cómoda, están con ella por una apuesta. Cuando una...