❝ 𝗠𝗶 𝗲𝗱𝗮𝗱 ⌜ ɪᴅᴠ - ɴᴀɪʙᴇʟɪ ⌟

04

—Así que estaba pensando que debería saber más sobre la personalidad detrás de la polla. ¿Qué opinas?

Naib apenas escuchó las palabras una vez que cruzó las dos puertas sin seguro, dejó de prestar atención a cualquier cosa que no estuviera entre los muslos abiertos de Eli. Había acomodado su cuerpo perfectamente, la cama frente a la puerta y la espalda contra el colchón, la cabeza visible entre la parte de sus piernas, apoyada sobre un montículo de almohadas oscuras. Efectivamente, el chiquillo se estaba tocando tranquilamente con una mano, la otra se apoyaba en un codo precario, los ruidos obscenos y carnosos se hacían notar junto con su respiración irregular. Naib no perdió tiempo entre la puerta y la cama, ya detrás de Eli sobre las sábanas, sus rodillas acunando su forma pálida y dos dedos suyos uniéndose a los del menor antes de darse cuenta de que no quería que el contrario apartara sus propias falanges —No, no, no hagas eso, déjalos, te lo estabas pasando tan bien. —Realmente no sabía si el otro podía escucharlo, con la cabeza echada hacia atrás mientras el mayor pronunciaba las palabras en su cuello.

Sus dígitos se deslizaron uno alrededor del otro, notando como los de Eli eran un poco más largos mientras que los suyos eran un poco más gruesos. No pudieron lograr que su ritmo coincidiera, o, mejor dicho, el de ojos azules insistió en no reducir la velocidad, no hasta que Naib usó su mano libre para guiar al menor a la cadencia adecuada. Por supuesto, él no estaba contento con esa velocidad e inclinó las caderas, gimiendo cuando el cambio de ángulo obligó a sus dedos a profundizarse más. El empresario se maravilló de lo fuerte que se apretaba alrededor suyo.

—Deberías estar suelto. —Murmuró — ¿No te he follado lo suficiente como para que estés apropiadamente abierto?

El castaño decidió responder estrechando aún más las paredes de su entrada, sacudiendo su cuerpo sin poder hacer nada contra el pecho de Naib cuando se volvió demasiado —No lo suficiente, claramente. Vamos viejo, dámelo.

Podría estar cachondo, pero estaba dolorido y demasiado sensible, Naib estaba seguro de ello. Lo noble sería que retirara los dedos, para dejar de abrumar los sentidos de Eli. Sin embargo... optó por ayudarlo. El lubricante estaba convenientemente al alcance de la mano, y arrojó la sustancia fría directamente sobre el vientre del menor, obteniendo un silbido de dolor de sus labios rojos. Corría riachuelos entre la V de su pelvis, bajando lentamente por sus manos unidas. Arrojó la botella y rápidamente esparció el contenido sobre la polla y las bolas, bombeando hasta que se calentó y comenzó a mezclarse con el pre-semen del capullo. Luego lo abandonó, recogiendo el exceso de sus muñecas ocupadas y aplicándolo generosamente alrededor del músculo hinchado que apretaba implacablemente a ambos —¿Te estás mirando? ¿Ves lo que estás haciendo? —Frotó el lugar donde su cuerpo se fusionaba con sus dedos, aceptando y rechazando tan fácil y suciamente que se habría corrido en sus pantalones si hubiera estado lo suficientemente sobrio para hacerlo.

—No me importa —Jadeó el menor —No importa, por favor, por favor, estoy tan listo, quiero tu polla, vamos. —Se empujó hacia atrás, se frotó un poco desesperadamente contra la parte delantera de los pantalones de Naib, todo su cuerpo enrojecido, el esfuerzo tensando cada músculo, cada tendón. Entonces sus ojos se abrieron de golpe, las pupilas se abrieron tanto que solo había un anillo azul muy delgado, dilatado por la lujuria y la conmoción. Pequeños y suaves ruidos de dolor llegaron a los oídos de Naib, casi, casi avergonzándolo —Oh Dios, ¿No estás duro? Qué--