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Eli se veía cansado, pálido, frágil y hermoso cuando abrió la puerta, círculos oscuros debajo de sus ojos, una sombra a lo largo de su mandíbula, cabello desordenado, dedos cubiertos de pintura

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Eli se veía cansado, pálido, frágil y hermoso cuando abrió la puerta, círculos oscuros debajo de sus ojos, una sombra a lo largo de su mandíbula, cabello desordenado, dedos cubiertos de pintura. Pareció sorprendido de ver a Naib parado en su puerta, agitado, la energía saliendo de él en oleadas. Empujó con avidez al menor de regreso a su departamento y cerró la puerta detrás de él, moviéndolos contra la pared del pasillo, deslizando las manos debajo de su camisa arrugada, acariciando la piel enseñada a lo largo de su cadera.

La cabeza del menor golpeó contra la pared y sus ojos se cerraron de dolor mientras murmuraba —Naib —Y se arqueaba ante su toque. El mayor pasó la nariz por la columna perfecta del cuello de Eli, contra la inmaculada concha de su oreja, las manos reclamando posesivamente todo lo que tenía al alcance, recorriendo su columna, recorriendo sus duros pezones y provocando un largo gemido. Naib le quitó la camisa por la cabeza y desató sus pantalones de chándal, dejándolos caer al suelo alrededor de sus tobillos.

Dejó que su mirada viajara por el cuerpo joven, flexible y esbelto de Eli, su pene tenso, sus puños apretados, sus labios mordidos, sus pestañas oscuras y agitadas, y se arrodilló tomando al niño en su boca y tirando de sus caderas con fuerza contra su cara, animándolo para que follara su boca. El más joven comenzó a mover sus caderas implacablemente, su polla empujando hacia la garganta de Naib, sus movimientos bruscos, desesperados, necesitados, pero sus manos gentiles mientras acunaban la cabeza del mayor, un pulgar recorriendo suavemente su mandíbula.

Nnnngggh. —Gimió articuladamente, mientras el adulto ahuecaba sus mejillas y comenzaba a chupar más profundo, amando el sabor de Eli, la textura, el olor, el peso en su lengua. Podía sentir que su cuerpo se tensaba, sus rodillas se debilitaban, sabía que estaba cerca, y cuando el niño rogó: —Naib, voy a correrme, Naib, Naib. —Lo miró para hacer contacto visual y deslizó sus manos alrededor del culo regordete, los hermosos globos de carne, amasando y apretando, mientras el menor se corría con un grito.

Naib lo sentó en su regazo y lo abrazó con fuerza contra su cuerpo, con los brazos envueltos alrededor de él, meciéndolo. Eli trató de alejarse, pero Naib lo empujó al suelo y se arrastró sobre él, inmovilizándolo con su cuerpo, presionando su erección contra el muslo ajeno, sintiendo como se estremecía y volvía a cerrar los ojos.

Eli, mírame. —Exigió y él abrió los ojos, desafiante — ¿Has estado con alguien más? —Le preguntó sin sonreír, con urgencia, y Eli miró hacia otro lado.

No tienes derecho a preguntarme eso. —Dijo, con el pulso acelerado mientras el mayor continuaba meciéndose contra él.

Contéstame. —Volvió a pedir, cerca de su oído, levantando una mano para levantar la cara de Eli hacia la suya, forzando a mirarlo.

¡No lo hice! ¿Bien? —Gritó enojado, con lágrimas en los ojos, la cara roja — ¿Y tú? ¿Follaste a alguien más las suficientes veces para demostrar que no importo? —Escupió con enojo, mientras Naib mordía su cuello, chupando un moretón allí, marcándolo como suyo otra vez, mordiendo la carne suave, lamiéndola suavemente después mientras Eli permanecía tenso debajo de él, el cuerpo temblando de emoción.

❝ 𝗠𝗶 𝗲𝗱𝗮𝗱 ⌜ ɪᴅᴠ - ɴᴀɪʙᴇʟɪ ⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora