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El lunes por la mañana, temprano, Naib despertó a Eli antes de irse

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El lunes por la mañana, temprano, Naib despertó a Eli antes de irse. El menor se veía adorable con ojos llorosos debido al cansancio, pero tenía que irse, así que le dejó un beso de despedida.

Ni siquiera sé mucho sobre ti. —Se quejó entre besos, desordenando el cabello largo y suelto de Naib.

Este se río — ¿Qué necesita saber?

Eli dejó de besarlo, lo que el mayor no lamentó en lo más mínimo —Hmm... tal vez ¿Cuántos años tienes? ¿Cuál es tu apellido? ¿Tu color favorito? No sé, pensé que debería saber algo más aparte de lo caliente que eres y lo fuerte que puedes hacer que me corra. —Dijo pensativo, alisando el cabello que había despeinado, lamiendo distraídamente sus labios rojos. Naib quería inmovilizarlo contra el colchón. Otra vez.

En cambio, decidió hacer algo aún más...

¿Por qué no me dices esas cosas durante la cena?

Por imprudente que haya sido, Naib no pudo negar que se encendió algo parecido a la euforia cuando Eli saltó emocionado ante con la propuesta mencionada.







No estaba muy seguro de lo que esperaba cuando propuso la cena en cuestión.

Bueno, eso no era del todo correcto. Por supuesto, llegó con algunas nociones preconcebidas, pero en realidad, quién no lo haría. La sorpresa le sucede rara vez a Naib hoy en día, porque es un hombre que viene preparado. Llega a una situación sabiendo quién, cómo y por qué, con los resultados más probables y, si no son de su agrado, cómo puede suceder y cómo puede torcer los resultados hacia algo que sea más beneficioso para él.

Probablemente no encontraría a Eli ni la mitad de cautivador cuando no estaban involucrados en una conducta sexual. Lo encontraría deficiente, lo bastante probable. También lo era el hecho de que quizás no tuvieran mucho de qué hablar, dada la diferencia de edad. O que el niño resultaría ser insípido y ñoño, más atraído por el dinero de Naib que por el propio Naib.

Ese sería el factor decisivo, de verdad. Le gustaría saber en qué se estaba metiendo exactamente. ¿Cuánto de sí mismo iba a ser invertido en esta aventura? ¿Qué quería exactamente de Eli?

¿Qué quería exactamente Eli de él?

Él investigaría esto completamente antes de tomar cualquier decisión.







Se habían encontrado a las afueras de la estación y, después de saludarlo con un beso entusiasta, Eli lo llevó a su tienda de curry favorita, repleta de estudiantes universitarios hambrientos, donde tuvieron que alzar la voz para competir con el estruendo. La multitud era más joven de lo que Naib estaba acostumbrado, lo que era un poco incómodo, pero no mostró su inquietud y el menor no pensó que algo andaba mal. La camarera había recibido al castaño cálidamente y le había dado al mayor una mirada curiosa durante toda la noche, pero ese era todo el problema, si podía llamarlo así, con el que se había encontrado.

Habían compartido su curry: pollo con mantequilla y un poco de ternera picante que dejó a Eli con los ojos llorosos, pero sonriendo. La comida tardó en desaparecer, pasaron demasiado tiempo hablando para comer adecuadamente, y Naib se divirtió mucho al encontrar al chiquillo hablando más las manos tanto como con la boca.

Fue hasta el postre que el joven incluso lo dejó tomar de su rebanada de postre intacto, apaciguando su siempre hambre... una que según él había aprendido a controlar años atrás y hasta ahora, volvía a aparecer. Se demoró en el acto casual, y mientras una parte distante de él esperaba que Eli hubiera lavado bien sus manos llenas de pintura y descansado bien ese día antes de su encuentro, puso en marcha su plan... pensó en sacar su tarjeta platino para pagar la comida en lugar de su tarjeta de crédito normal de todos los días solo para medir la reacción ajena, pero antes de que pudiera, el menor ya había sacado unos billetes arrugados de su bolsillo, manchados de pintura y le hizo señas a la camarera, informándole alegremente que ya habían terminado.

Lo intentaría en la siguiente.

Esa noche no terminó con ellos teniendo sexo, solo a través de la pura determinación de Naib de no prestar atención a las sugerencias muy poco sutiles de Eli para llevarlo a su casa. Se entregó a un beso que sabía a mentas después de la cena, ni siquiera con lengua, aunque el descarado había dejado que su boca se abriera tentadoramente, y se demoró hasta el último momento antes de que lo enviara a casa visiblemente confundido, y aturdido, en un taxi. Su teléfono vibró ni siquiera cinco minutos después de que el taxi se hubiera alejado de la acera.

"40 años, Subedar, ¡Verde!
Eres demasiado sexy para tener 40. Yo podría con eso. Oh espera, ya lo hice. ;)"

Le tomó unos minutos descifrar el mensaje, y escribió su respuesta con una sonrisa antes de llamar a su propio taxi y regresar a su apartamento.

"22, Clark, azul.
Todavía soy demasiado viejo para ti."

El desvergonzado ese fue tan audaz de enviar una imagen de sí mismo haciendo pucheros.

Llegó a la conclusión de que, hasta el momento, le gustaba pasar tiempo con Eli cuando no había desnudez involucrada, y aunque no había descubierto exactamente qué era lo que el joven quería de él, descubrió que estaba dispuesto a invertir un poco más de su tiempo en lo que fuera que tuvieran.

Llegó a la conclusión de que, hasta el momento, le gustaba pasar tiempo con Eli cuando no había desnudez involucrada, y aunque no había descubierto exactamente qué era lo que el joven quería de él, descubrió que estaba dispuesto a invertir un poco...

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❝ 𝗠𝗶 𝗲𝗱𝗮𝗱 ⌜ ɪᴅᴠ - ɴᴀɪʙᴇʟɪ ⌟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora