❝ 𝗠𝗶 𝗲𝗱𝗮𝗱 ⌜ ɪᴅᴠ - ɴᴀɪʙᴇʟɪ ⌟

08

Eli duró tres cenas castas antes de alegar una enfermedad leve en la cuarta, lo que sugirió que Naib pasara por su casa para una noche tranquila viendo la tele. El mayor no se sorprendió en absoluto al llegar a la puerta del piso del menor, ser tomando de la mano y ser metido dentro, despojado de sus pantalones y, a falta de un término mejor, ser utilizado.

Eli ronroneo, complacido hasta la médula mientras se levantaba y bajaba sobre la polla de Naib, con los ojos cerrados felizmente. Finalmente, finalmente, después de todo este tiempo de estar juntos, pero sin estar con él de esta manera, finalmente lo tenía dentro suyo de nuevo, después de todas esas bromas y horribles, y largas que Eli realmente no sabía de qué se trataba en absoluto, pero no importaba, porque finalmente había llevado al adulto a su lugar, y ya no podía decirle que no, Eli no lo dejaría decir que no.

Naib solo podía mirar desconcertado entre sus propios ataques de placer abrumadores, con la espalda plana sobre el piso de madera, la camisa levantada y las rodillas dobladas para brindar apoyo a la espalda del menor mientras este se movía descaradamente para su propia gratificación encima de él. Subedar movió sus caderas para encontrarse con el empuje hacia abajo del chico, solo para verlo temblar con su propio ritmo, la forma en que su boca roja se abrió en un grito de sorpresa, su cuerpo estremeciéndose y apretando su longitud hasta que fue casi doloroso. Los ojos azules le miraron con un leve fruncimiento de ceño, moviéndose hacia abajo para morder el pezón de Naib con fuerza como castigo. El adulto se río y detuvo sus caderas, dejando que el niño recuperara el ritmo nuevamente, por lo que disfruto observándolo montar a su antojo. 

Cuando Eli volvió a su ritmo anterior, con los ojos cerrados y el cuerpo en una línea ágil y curva, la cabeza inclinada hacia atrás y dejando al descubierto su largo, largo cuello, Naib levantó las caderas de nuevo, embistiendo esta vez más fuerte y Eli gimió una vez más, su cuerpo apretándose fuertemente alrededor suyo, tan fuerte y bueno que el mayor tuvo que sujetar sus manos sobre las caderas pálidas, para jalarlo hacia abajo y le diera libertad de penetrar una y otra vez.

El menor no podía soportarlo, apenas podía mantenerse erguido, los muslos le temblaban por la tensión cuando sus manos se extendieron para sostenerse sobre el pecho bronceado de Naib, su voz era un desastre de gemidos y palabras a medio formar, "No-- Esp-- voy -- voy a--" y luego no importó, porque el mayor había empujado al más joven hacia atrás, lo obligó a ponerse de espaldas y envolver sus piernas alrededor de su cintura, las caderas levantadas del suelo, sus manos arañando a la espalda de Naib bajo la camiseta, y su polla rozando hábilmente el abdomen.

La boca del empresario cayó en su cuello y el olor la colonia  impregno los sentidos de Eli, tal y como ahora lo sentía tan adentro de él, sujetándolo y manteniéndolo abierto, con una voz aterciopelada, áspera en los bordes diciéndole —Vamos, Eli, sabes que te gusta. Te encanta, te encanta que te folle. —Lo cual realmente le gustaba, gimió en su boca lo mucho que lo disfrutaba, lo mucho que no podía soportar ver a Naib, estando cerca, tan cerca y esperar, con impaciencia, que el hombre lo tocara, lo tomara, lo inclinara, cualquier cosa, solo para ser enviado lejos, solo; no podía soportarlo más en absoluto, clavó su disgusto por este trato injusto en la espalda de Naib y eyacular sobre su abdomen; se empapó de satisfacción cuando Subedar se tensó y mordió su cuello, la punzada de dolor forzó a los picos de sus pezones, sintiendo el palpitar de su polla soltando las últimas gotas de semen que aún le quedaban dentro del condón.