‡Cuatro‡

19 1 0
                                    

Emily

Estoy corriendo por mi vida en estos momentos, y no sé si salga vida hoy de aquí. No sé si Kelly este viva o este muerta, pero no quiero que mi mejor amiga este muerta. Sintiendo el líquido escurrir en mi mano, más débil me siento. Siento un mareo extremo que me hace caer, me arrastro lo más que puedo. Pero no puedo luchar, algo me hace querer vomitar, y algo me causa mareo. Poniéndome de pie como puedo, camino otra vez por los pasillos, está vez sin correr. Llegando a un salón, no puedo contener mis ganas inmensas de vomitar y lo hago. Caminando unos pasos más siento mi cuerpo decaer, puedo sentir mi cuerpo hacer contacto con el piso frío.

Estoy sentada abrazando mis rodillas mientras mi mirada está perdida. No sé cuánto tiempo llevo aquí, pero se me hace eterno. Todo está en silencio, no escucho el sonido de las patrullas ni nada. Estamos solos.

A nadie le importamos. Mientras siento como voy decayendo, escucho pasos acelerados por los pasillos. También escucho el grito de una chica y segundos después, la veo, no le puedo hablar, tratando de moverme, pierdo todas mis fuerzas y siento como un sueño pesado le invade...

Kelly

Corriendo entre los pasillos, escucho sus pasos atrás de mí. El miedo me invade, es tan poderoso que me hace resbalar. Golpeándome en la rodilla, lo puedo ver con una daga en su mano. Esta corriendo hasta mí, sin nada con que defenderme. Él se posa encima de mí mientras hace fuerza en su mano para enterrar su daga entre mis cejas. No podré resistir más, la daga está s unos milímetros de mis cejas, le doy un rodillazo en el abdomen que lo hace soltarla. Cerrando mis ojos y moviendo mi cabeza, le doy un codazo en el cuello y agarró la daga. Levantándome con rapidez, entro a un salón.

Me escondo atrás de un muro de bancas, este salón huele mal. Pienso, pero no me importa. Lo puedo ver entrar.

—Kelly, ¿dónde estás? — usa su tono juguetón. — Sal de dónde quiera que estés.

Me pongo una mano en la boca, siento la los nervios y el miedo. Me asomo un poco y lo veo caminando hacia una persona con cabello rubio. De seguro está muerta.

Él se da la vuelta y se va del salón. Suspirando, siento un pequeño alivió.

—¡AHHH! — grito cuando siento una mano jalarme del cabello y levantándome. — ¡SUELTAME!

Siento como las bancas caen encima de mí, y me golpean, pero en ningún momento suelto la daga.

—Oh, Kelly, tan bella y tan sola. Tal vez es porque eres una perra, y a las perras se les trata como una. — Él me da una cachetada. — Oh no, ¿Perrita? Anda, ladra. — Siento la ira crecer dentro de mí. — Oh, ¿No vas a ladrar? Yo haré que ladres.

Antes de que me dé un golpe, le encajo la daga en el abdomen y lo empujo. Corriendo lejos del salón, puedo ver la salida.

—¡TE MATARÉ!

Escucho decir a esa persona. Acelerando mis pasos más rápido, más cerca estoy de la salida. Y antes de tocar la manija, escucho un disparo y un dolor insoportable en el costado izquierdo de mis costillas. Mientras caigo al suelo, me doy cuenta de lo cerca que estuve de escapar. Y antes de perder la conciencia, pude ver su cara por última vez...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Quién mató a Kaiden Jensen?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora