¿Quién mató a Kaiden Jensen?

‡Cinco‡

¿Desconocido?

Mirando la oscuridad de mi cuarto que otorga la luz de la noche, la música de mis audífonos me hacen escapar de la realidad y llevarme a otra dónde puedo ser feliz. Mi mente crea miles de escenarios ficticio, pero, un recuerdo me hace sentir una sensación inexplicable. Sin duda es el mejor recuerdo que e tenido en toda mi vida.

Caminando entre las calles del pueblo Brownsville, el clima se está poniendo intenso. El cielo se va poniendo gris mientras los algunas gotas de lluvia caen. La música que estoy escuchando, mientras camino sin rumbo alguno, sin presencia de nadie, me hace sentir viva. Mi santa paz se detiene cuando un chico se cruza en mi camino provocando que me pegará en la frente con la suya.

-Lo siento.

No respondo, solo me quedo callada mientras lo veo. Sus razgos faciales y su muy buen definido cuerpo, me hace que me falte el aire. Es tan jodidamente sexy. Mientras nos vemos él y yo, le extiendo mi mano.

Le digo mi nombre y él esboza una sonrisa, una sonrisa que me hace sentir mariposas en el estómago.

-Soy Kaiden Jensen, un placer.

El recuerdo de él me hace querer llorar, es tan desgarrador no poder estar con él en estos momentos. Es tan doloroso, es tan... horrible. No me pude despedir de él por última vez. Otro recuerdo me hace querer esbozar una sonrisa mientras siento como algo escurre entre mi cara.

Mientras corremos cogidos de la manos, su tacto es tan sueve, es como si agarrara una tela fina. Corriendo entre la nieve que nos otorga este hermoso momento. Los dos nos volteamos a ver, sus ojos hacen contacto con los míos, esbozo una sonrisa mientras él me sigue mirando. Nos sentamos en una banca en frente de una fuente que por las noches se enciende y se puede ver la hermosa agua.

Él me cuenta un chiste y río, moviéndome, me recuesto sobre su regazo y lo miro a los ojos. Esos ojos tan bellos como un cielo infinito. No digo nada, solo nos miramos, acariciando sus mejillas, él entre abre los labios y puedo sentir como nos vamos acercando. A tal punto en qué nuestras respiraciones se mezclan creando una sola. Nuestros rostros están a tan solo milímetros de distancia.

Casi puedo sentir sus labios imprimir los míos si no fuera porque él se separa y se sienta recto. Con los ojos cerrados y apretando los puños. Desilusionada, trato de decirle algo pero solo me responde que me vaya, que me aleje de él. Con lágrimas en los ojos, me levanto y cuando doy dos pasos lejos, siento como me toma de la mano y me jala hasta él.

Él pone sus manos en mi cintura mientras que sus ojos me miran con fascinación. Nos miramos a los ojos, sin decir nada. Solo haciendo contacto visual. Cuando de pronto siento como sus labios impactan contra los míos creando una sensación inexplicable en mi pecho, y las mariposas de mi estómago se activan.

Cerrando los ojos, y poniendo mis manos alrededor de su cuello, le sigo el beso. Es un beso cálido, lleno de amor, y muy sentimental. Él es el primero en apartarse, se aleja unos cuantos centímetros y me mira a los ojos.

-Si enamorarme de ti es una tortura, entonces me entregaré a esa tortura por el resto de mi vida.

Esbozo una sonrisa mientras lo jalo hacia mí e impacto mis labios contra los suyos en un cálido beso.