"Brownsville" es una preparatoria donde van los estudiantes a completar su educación y de ahí pasar a una Universidad para seguir con sus vidas de adultos.
La noche de graduación donde estos adolescentes pensaban que tendrían su noche mágica y llena...
—¡Deja de mentir maldito idiota! — me grita jalándome del cabello mientras que mi nariz sangra. — ¡¿Tú y quién más lo mató?!
No digo nada, no puedo hablar. Mi ojo izquierdo está hinchado de tantos golpes, uno de mis labios está roto, y escupo pura sangre. El sujeto me suelta con brusquedad mientras que camina por el pequeño espacio. Suelta un golpe a la pared mientras grita profanidades. Me voltea ver juguetón, y con una mirada aterradora.
—No quieres hablar, eh. — Dice tomando un balde con pequeños vidrios y cristales rotos. — Yo me aseguraré de que hables. — Él vacía el balde en la mesa mientras me toma del cabello. — Hora de jugar.
—¡N-no!
Siento como mi cabeza estampa contra la pequeña mesa, siento como pequeñas cosas se incrustan en mi cara y penetran la piel profundamente haciéndome gritar y retorcerme de dolor.
—¡¿Vas a hablar?! ¡¿Quién más lo mató?!
No puedo hablar. Siento como mi cabeza es empujada otra vez a la mesa mientras que mis gritos hacen una melodía por toda la habitación.
No puedo sentir la mitad de mi cara. No puedo imaginar cómo estoy. Ni siquiera soy capaz de decir palabra alguna, soy un cobarde y no merezco vivir. Prefiero morir a seguir con esto.
El sujeto está de espaldas limpiándose las manos de mi sangre. Puedo ver como todo el piso está lleno de sangre mientras que la mesa es un río. Todavía puedo sentir los vidrios en mi cara, aunque no dudo en qué no estén. El sujeto se da la vuelta dejándome verlo, puedo ver la furia que emana su mirada. Sus manos toman mi cuello apretándolo demasiado que hace que me falte el aire.
No puedo moverme, ni siquiera mover mis manos para luchar. Él me suelta mientras yo toso y siento el aire otra vez en mis pulmones.
—Sabes — habla mientras mueve cosas de la mesa — me impresionas. Otra persona ya estuviera rogando de que la deje ir, pero tú — él se acerca con algo en su mano —, tú no.
Yo le escupo en la cara. Él se limpia mientras que una sonrisa adorna su cara. Mientras que de su bolsillo saca un cúter y unas tijeras. Yo lo miro aterrado mientras siento como las tijeras son clavadas en mi entrepierna y cortan. Los gritos inundan la habitación mientras que el sujeto ríe como loco.
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Kelly
Estoy sentada en la barra tomándome un trago. Puedo sentir los efectos del alcohol en mi sistema, es tan satisfactorio y tan excitante. Pido otro trago, y mientras espero llevo mi mano a mis senos y paso delicadamente mis dedos sobre ellos. Haciendo círculos, hasta que escucho una voz a un lado.
