‡Diez‡

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Zoey

Caminando por la banqueta, dirigiéndome a la preparatoria, sostengo algunos libros sobre mi pecho. Mantengo mi cabeza en alto, sin desviar la vista a ningún lado. Cruzo la carretera, y camino recto hacia las puertas de aquella preparatoria. Los alumnos entran, mientras que los policías inspeccionan sus mochilas. Miro para todos los lados sin saber que pasa, coches de policías se estacionan con rapidez. Se bajan de sus autos y corren adentro de la preparatoria. 

Frunzo levemente el ceño y tomo rumbo a la puerta. Entro y lo primero que veo es sangre. Un charco de sangre, una mano, cabello, piernas descubiertas, todos miran hacia los casilleros, hay un dibujo tallado con sangre, y un casillero abierto. El sheriff camina hacia el casillero, y se queda ahí parado, con una mano en la boca. 

El sheriff saca una caja mediana de color blanco. Cuando la abre, deja caer la caja y cuando estrella con el piso, se deja ver los ojos de una persona. Un grito se escucha, pero no sé de donde viene. Recuerdo que ayer Susan me dijo que hoy vendría más temprano para que la maestra Barbara le diera clases extra de música. Dejo caer mis cosas y salgo corriendo a los pasillos solitarios de la preparatoria.  

—¡Hey! ¡Alto ahí! — escucho pero no me detengo. Me detengo cuando veo un camino de sangre, volteo hacia atrás y los policías vienen corriendo hacia mí. 

Vuelvo a correr, pero cada que voy avanzando, más se me dificulta respirar. La sangre se acaba en frente del salón de música. Abro la  puerta pero no hay nadie. ¡Maldición! ¡Susan, ¿dónde estás?!. Busco algo, lo que sea. Muevo una silla y veo un pedazo de tela azul y una nota. 

Donde todos me pueden ver, pero nadie tocar. Tan cerca de ti estoy, pero tú tan lejos de mí, donde no hay luz debes buscar, donde hay oscuridad, debes encontrar. ¿Qué soy? 

Miro la tela otra vez, pensando mil cosas. Miro fijamente la trompeta que está en frente de mí, la tela azul, es la misma que el cadáver de la entrada principal. Camino hacia la trompeta y la tomo. Algo se escucha adentro, la agito y algo cae al piso. Me agacho y veo unas llaves cubiertas de sangre. El salón de arte...

—¿Usted qué está pensando? — me toma del brazo el sheriff y me levanta. Él ve lo que tengo en la mano, y lo toma. Cuando lo lee, me mira a los ojos. 

—Señor... el salón de arte...

Parada con los brazos cruzados, me acerco al cadáver de la entrada principal

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Parada con los brazos cruzados, me acerco al cadáver de la entrada principal. Mirando con repugnación, saco una caja de cerillos, saco uno y le prendo fuego. 

—Perra. — Suelto el cerillo y cuando cae sobre el cadáver, se prende fuego inmediatamente. Salgo caminando de la preparatoria, con una sonrisa complaciente en mi rostro.    

Kilian 

Viendo el cadáver que está ante mis ojos, aquel río de sangre, aquellos ojos cuyo cadáver están abiertos de par en par, no puedo sacar de mi mente aquel suceso que nunca pensé que marcaría mi vida. Veo como sale corriendo hacia los pasillos, una de sus libretas cae a lado mío, pero algo me llama la atención. Recojo la libreta y algo cae, lo recojo y me doy cuenta de que es una hoja doblada, al abrirla, abro un poco mi boca al ver una lista de nombres, cuyos nombres al lado tienen una tacha. 

¿Quién mató a Kaiden Jensen?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora