"Brownsville" es una preparatoria donde van los estudiantes a completar su educación y de ahí pasar a una Universidad para seguir con sus vidas de adultos.
La noche de graduación donde estos adolescentes pensaban que tendrían su noche mágica y llena...
Cuando todos creímos que esté pueblo sería libre de crímenes y asesinatos, nunca pensamos que hasta las mismas personas quieran lo contrario. Brownsville es un pueblo que lleva sin violencia catorce años. Pero hoy, esos catorce años se fueron a la basura cuando el cuerpo del joven identificado como: Kaiden Jensen. Fue encontrado sin vida en el baño durante la fiesta de graduación de la preparatoria.
Cómo es de esperarse, el director obligó a los chicos de último año a quedarse en esa preparatoria hasta que descubran quién es el asesino.
Mi nombre es Timothée, y yo te contaré está historia de inicio hasta fin. Así que, sin más, comenzamos.
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Lava, lava, ¡LAVA!, ¡RÁPIDO! Los nervios me comen vivo, y todo lo que mi mente puede pensar en este momento es: Lava. Mientras el agua se mezcla con la sangre que hay en mis manos, la voz de los policías se hace más fuerte y sus golpes aún más. Estoy asustado, no, creo que me dará un infarto. Mientras tallo mis manos con el jabón y la agua, no se quita, ¡Maldición!
Tiene que haber otra manera, ¡Tiene que haber otra manera! ¡MALDICIÓN! Miro desesperado por toda la habitación, necesito una salida, si me ven así me arrestaran. Miro la ventana del baño, no voy a caber. Escucho los golpes de la puerta, mi cara está inundada de sudor, mi ropa está sucia y llena de sangre. Solo me queda intentar, desesperado me subo al inodoro y le doy golpes a la ventana para que se rompa. Grito para mis adentros cuando noto que ni un rasguño le he causado. Desesperado, agarro un bote de shampoo y le pego con todas mis fuerzas a ese pequeño cristal de color azul.
-¡Policía, abra la puerta! - los gritos y los golpes amenazan a mi corazón -. ¡Abra la puerta ahora mismo!
Grito tan fuerte que mi garganta arde y por fin esa pequeña ventana se rompió. Quito los vidrios restantes y no dudo en pasar.
-¡POLICÍA, ABRA LA PUERTA!
¡CORRE! ¡HÁZLO RÁPIDO! Mientras mi cabeza sale, lucho porque salga mi cuerpo, escucho los golpes de la puerta más fuertes. La van a derrumbar. Cuando mi cuerpo ya está afuera, mi pie izquierdo se atora, desesperado lo muevo tratando de sacarlo pero no puedo. Mis ojos se abren como platos cuando la puerta cae al piso y los policías entran.
-¡ALTO AHÍ!
¡RÁPIDO! ¡SAL, DÉJATE CAER! Cerrando los ojos me dejó caer y siento mi pie que sobresale de la pequeña ventana. Mientras sigo con los ojos cerrados, escucho la voz de muchas personas y gritos, siento el frío del piso chocar contra mi espalda, mientras todo se va sintiendo fuera de lugar y que mis heridas dejarán de doler.
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