Con Ron y Hermione, además de Draco y Ginny, en sus respectivas citas durante su primer fin de semana en Hogsmeade, Harry bajó solo al pueblo mágico. Seamus y Dean estaban ocupados con Lavender Brown y Susan Bones, y Neville y Luna estaban celebrando uno de sus aniversarios. Harry se obligó a no pensar en el hecho de que se consideraba aceptable que ellos tuvieran a sus parejas y él no, mientras se dirigía al centro de Hogsmeade. Entró en Las Tres Escobas y Madam Rosmerta le sirvió inmediatamente una cerveza de mantequilla sin que se la pidiera.
Harry se apartó del mostrador y se dirigió a un reservado del fondo mientras tomaba su cerveza de mantequilla, compadeciéndose de sí mismo. Detestaba el hecho de que Dumbledore hubiera intentado buscarlo más de una vez desde que comenzó el curso, y las cartas de Sirius estaban consiguiendo enfurecerlo rápidamente. Se las había endilgado a Hermione, quien le explicó al padrino de Harry que, debido a las heridas causadas directamente por él, necesitaba algo de espacio. Por lo tanto, Harry tenía ahora permiso para acercarse a Sirius cuando estuviera preparado, aunque no tenía muchas ganas de pasar las vacaciones de Navidad en Grimmauld Place, y había empezado a preguntar a Ron si podía ir a la Madriguera en su lugar.
Harry terminó su cerveza de mantequilla y dejó la cantidad apropiada de galeones en la mesa, antes de dirigirse a la parte de atrás y usar el baño. Mientras terminaba y se lavaba las manos, una luz plateada entró en el baño por detrás de él y, al darse la vuelta, Harry se dio cuenta de que era un patronus. Para su sorpresa, se trataba de una elegante cierva plateada, que se acercó a él inmediatamente y procedió a acariciarle la mano.
"Estoy arriba" dijo la cierva con la voz de Severus. "Si quieres, puedes subir a verme. Estoy en la habitación siete".
Harry salió corriendo del baño inmediatamente después, tratando de no levantar sospechas subiendo las escaleras de Las Tres Escobas tan rápido como pudo. Contó las puertas, descubriendo que los números pares estaban a la izquierda y los impares a la derecha, lo que situaba la habitación de Severus como la cuarta puerta de la derecha. Apresurándose, Harry llamó a la puerta, con el corazón entrando en su garganta en cuanto Severus la abrió, y fue arrastrado inmediatamente al interior. Una vez que la puerta estuvo cerrada y protegida, Harry se lanzó sobre Severus, besándolo como si se estuviera ahogando.
Tardó un momento en darse cuenta de que estaba de nuevo en los brazos de su amante, y se echó hacia atrás de forma poco ceremoniosa, y procedió a recorrer con sus manos la complexión enjuta y musculosa de Severus. -Eres real-, susurró, con la voz temblorosa por la emoción.
Severus le sonrió, extendiendo sus propias manos hacia arriba y usando una para acariciar la mejilla de Harry, y la otra para cardar sus dedos a través de su cabello rebelde. -La última vez que lo comprobé, así era-, respondió, mirando a Harry de arriba abajo. -Tienes ojeras, Harry, y estás notablemente más delgado...-
Harry se preocupó del labio inferior. -Lo siento-, susurró.
-¿Nuestra separación ha provocado este cambio?- preguntó Severus.
Harry rodó sobre las bolas de sus pies por un momento antes de separarse de Severus y cruzar la habitación, mirando por la única ventana que tenía la habitación, y hacia la calle principal de Hogsmeade abajo. -Yo... estaba esperando que te pusieras en contacto conmigo-, susurró.
-¿Estabas qué?- inquirió Severus, con un tono de sorpresa.
Los dedos de Harry se metieron hacia dentro entonces, y procedieron a morderse las sensibles palmas de las manos. -Yo... tomé el té con Remus hace casi un mes, y me dijo que no estabas encerrado en Azkaban, pero eso era todo lo que sabía-.
-Ya veo-, dijo Severus desde detrás de él.
-No podría soportar la idea de que te encerraran allí-, susurró Harry. -Sirius me ha contado trozos de las celdas, y son horribles, Severus, simplemente horribles. Las únicas personas que deben estar allí son Riddle, por supuesto, y Bellatrix, por todo lo que le hizo a Neville. No podría sancionar que alguien que me importa esté ahí dentro...-
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FALLEN ANGEL
FanfictionHarry Potter entiende por fin por qué su profesor de pociones, Severus Snape, parece odiar el suelo que pisa, después de que Harry se meta sin querer en su pensadero durante una clase de Oclumancia. A pesar de sus intentos de disculparse, el mayor n...