three. . . first look

483 61 33
                                    

Kyle:

-Es el objeto móvil más grande que haya creado el hombre en la historia. Nuestro constructor lo diseñó desde la quilla -no me interesa lo que digan, de cualquier forma, sigo fumando en el comedor-.

-Bueno, yo la armé, pero la idea es del Sr. Ismay. El imagino un buque grande en escala y tan lujoso en su mobiliario que su supremacía jamás podría ser retada. Y aquí lo tienen, vuelto una realidad.

Mi hermana y yo fumamos mientras explican la comida de hoy, no soy tan fanático de este tipo de comidas. A mi madre le molesta cualquier tipo de acción que hagamos Rose y yo.

Ella inhala su cigarro -Rose, no me gusta que hagas eso -ella exhala el contenido cerca de la cara de mamá. Yo reía en mi cabeza-.

-Y ella lo sabe -dice Cal quitándole el cigarro a ambos-.

-Apenas lo estaba disfrutando -susurré-.

-Kyle -reclama mi madre-. Cállate.

-Queremos cordero, tierno, y poca salsa de menta -ordena Cal-. ¿Te gusta el cordero tesoro? -mira a Rose, ella sonríe, sabía que era algo fingido-.

-¿También le cortaras la carne, Cal? -reí a lo bajo por el comentario de Molly Brown, una señora que se volvió rica gracias a que su marido encontró oro-. Oigan, ¿quién pensó el nombre del Titanic?

-Quería transmitir el tamaño puro, y el tamaño significa estabilidad, lujo, y sobre todo, fuerza -explica el Sr. Ismay-.

-¿Conoce al Dr. Freud? -pregunta Rose, quiero a mi hermana por su curiosidad, hemos sido así siempre-. Pueden interesarle sus ideas acerca del tamaño -todos sonreímos, incluyéndome-.

-¿Qué te pasa? -pregunta mi madre-.

-Con permiso -responde Rose-.

-Yo también me iré, mucho gusto señores -sonreí y seguí a Rose-. Hey, hermana.

-No quiero que me preguntes que fue lo que pasó, maldición, estoy harta de que una mujer no pueda hablar, que solo sirva para ser una esposa.

-Wow, no tienes que cargar con esto, yo también estoy obligado a casarme, en 4 días le diré a mi nueva esposa lo que tiene que hacer o decir, y yo no soy así Rose.

-Al menos eres un hombre, puedes fumar libremente, decir lo que quieras y no te sientes encarcelado como yo.

-Me siento así. Estoy en una maldita cárcel, ambos lo estamos. Ni Cal que deja fumar. Rose, estaremos unidos pase lo que pase en este barco, en cuarto días me iré. Estaré casado con una mujer que ni siquiera amo, pero ¿seguiremos siendo?

-Los mejores hermanos del mundo -dice con pena mientras sonríe-.

-¡Exacto! Me gusta verte sonreír. Bueno, iré a caminar un rato. Si Cal te hace algo, dime y lo golpeó -guiñé mi ojo-.

Honey:

Tarareo mi melodía para comprobar si coincidía. Pero por más que intentaba, no lo logro. -Jack -toqué su brazo-.

-¡Me moviste! -dice enojado-. ¿Qué pasa?

-¿Crees que tenga coherencia? -mira el cuaderno-.

-Borra eso y agrégale algo más corto, y más romántico.

-Por supuesto, gracias hermanito -apreté su mejilla, mi gato se posicionó en su cabeza-.

-No me digas así. Solo porque seas mayor por 10 segundos no significa que me llames "hermanito" -dice en tono bobo apretando mi mejilla de la misma manera-.

-Esta bien. Iré a caminar hermanito.

-¡Honey! -se queja-. Llévate a tu peludo gato.

-Se llama Meredith, hermanito -le di una última mirada y me retiré-.

Caminé encontrando la melodía perfecta, imaginaba de todo, hasta una orquesta y las luces tenues y al mismo tiempos siendo tiernas. Llegué hacia otro lado del barco, ahí continué escribiendo.

-¿Te esta gustando Mer? -el felino lamió mi cara unas cuantas veces-. Eso fue un si al parecer.

-¿Cuánto le das de calificación? -le dice una chica a otra mientras miran a los muchachos que iban pasando-.

-8, no se ve que sea bueno en la cama -ríen-.

-¿Y a él?

-5, terrible.

-Hola -¿me dicen a mi?-. Si, tu rubia.

-Bueno, hola -me acerqué a ellas. Están en una posición muy cómoda, su ropa indica que son de tercera clase-.

-¿Haces algo?

-Escribo un rato, trato de encontrar algo perfecto. Estoy a nada de terminarla.

-¿Podemos verla?

-Si claro.

- "Y dije: Romeo, llévame a algún lugar donde podamos estar solos.
Estaré esperando, todo lo que nos queda por hacer es huir.
Serás el príncipe y yo seré la princesa.
Esta es una historia de amor, mi amor, solo di que sí."

-Tienes talento chica -dice la otra joven-.

-Gracias. Soy Honey.

-Yo soy Melissa y ella es Josie -la chica de atrás fuma y se ve muy positiva-.

-¿Quieres calificar chicos con nosotras? Así buscas algo de inspiración -dice Josie guiando su ojo-.

-Bueno -me senté a su lado-.

-¿Cuánto le das?

-7 -respondí-, no sonríe.

-Tienes razón.

Reímos y un destello llegó a mi ojo, fue ocasionado por un reloj. Buscaba a la persona a la que le pertenecía, un muchacho mirando al mar mientras juega con su cigarrillo y expulsaba el humo de sus labios bien formados.

Volteó a verme y me regaló una ligera sonrisa, yo volteé pasando un poco de mi cabello por detrás de mi oreja. Estaba completamente hipnotizada por ese muchacho, se veía como un auténtico príncipe.

Terminé de soñar gracias a Meredith, quien mordió mi mano.

-¡Auch! Eres mala -hice un puchero, dirigí mi vista de nuevo al muchacho viendo el horizonte-. A esa chico le doy un doce -suspiré-.

-Wow, wow, alto ahí. Nena, sigue soñando, sólo somos chicas de tercera clase. Siempre ganan los más ricos. Tiene dinero, nosotros no, nos desprecian -exclama Melissa-.

-Y eso no es para nada justo -agrega Josie-.

-Lo sé. Sólo, miraba. No tiene importancia que vea a un chico -una chica se acercó a él y pareció que peleaban-. No tiene importancia -repetí-. Iré a dejar esto a mi camerino, ya está lista la letra.

-Esta bien, querida. Nos vemos después.

-Ciao Honey.

-Ven Mer -el gato se subió de nuevo a mis hombros y comencé a caminar corrigiendo pequeños detalles de la melodía. Todo iba perfecto hasta que...-.

Choqué con alguien.

-¡Fíjate en donde caminas! -no puede ser, es el muchacho guapo-.

-¿Disculpa? -pregunté enojada, mi lápiz estaba rodando hasta terminar cayendo al mar-. ¿Yo? ¿Fijarme? Acabas de tirar mi lápiz.

-Bueno -saca un puñado de dinero, y lo extiende-. Toma.

-¿Crees que eso lo arregla? -reí rodando los ojos-. No interesa, tengo otros seis en mi maleta.

-Esta bien. Eh, me siento muy tonto ahora mismo. ¿Algo que pueda hacer por usted?

-No, se lo agradezco. Tengo que irme -Meredith subió a mi cabeza y seguí caminando-.

No planeaba que este "primer encuentro", fuera de esta manera.

𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑. . . titanicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora