Ojo por Ojo.

Navidad de pesadillas.

Es 12 de Diciembre de 1996 en el Barrio de New York - Coblle Hill.

La enorme casona, comienza a vestirse de navidad, Emma Brown dando ordenes a todo el mundo, la más doliente: "Isabella" y detrás de ella casi todo el resto de la servidumbre. El suntuoso árbol navideño puesto en el salón central se robaba la atención de hasta los vecinos que pasaban por la calle. Olivia recostada contra una pared parada en la escalera con aires de cansancio debido a su enfermedad le dice a su hermana Emma:

– Emma! cambiaste todo!, ¿el árbol, los adornos? – Con aires de superioridad Emma le contesta a su hermana: –

– Que raro que papá no este a tu lado para defenderte.

– ¿Defenderme de qué? – dice Olivia, a lo que Emma responde:

– De lo que te voy a decir, ¿O acaso tu tienes la energía para encargarte de decorar esta casa de navidad? Apenas la tienes para cuidar a tu querida bastarda Aurora, que en este momento puede estar dándose la cabeza contra las paredes. O mejor aun, para que quieres que cambie o no cambie todo? ¿Para que tu hija lo pueda apreciar?

Aurora nunca sabrá lo que es una Navidad. – Olivia le responde con tranquilidad, algo que enfurecía a Emma –.

– Mi hijo podría ver la Navidad porque yo se la cuento, pero tu no tienes nada, solo un hijo que no te apoya y un esposo que vive de nuestro padre, como si fuera el suyo, tu decorarás esta casa de Navidad, pero tu no sabes lo que es una navidad, porque nunca la haz vivido, solo fingido. Y sí, estaré débil pero mi hija, la cual nunca viste, ya tiene cuatro meses y es hermosa y la próxima vez que le digas bastarda, piensa en que bastarda sos tu. Porque aquí la familia no te quiere, ni siquiera tu propio hijo, eres una pieza de adorno como ese árbol tan grande como tu pobre ego, no necesito hacerte nada, solo esperar que un día muerdas tu legua y mueras por tus propios medios.

Olivia se da la media vuelta y se va. Emma queda muda, nunca esperaba por sus  palabras, pero Olivia recordó las palabras de su padre cuando le dijo que solo a Emma hay que enfrentarla para que tema. Porque Emma se alimenta del miedo y cuando el miedo existe ella ataca. Pero a pesar del consejo Olivia sabia que no podía dejar de estar siempre alerta. Emma no es un ser normal, es un demonio.

En ese momento llega a la casa el Señor. Brown y sorprendido de tal decoración dice:

– ¿Esto es mi casa o un Centro Comercial?, – Emma se lo queda mirando con cara de odio y frustración porque siempre quiso impresionarlo, pero nunca lo logró por sus malas decisiones, en este caso, una decoración navideña –.

El Sreñor Brown sube rápido las escaleras a ver su nieta, otra puñalada para Emma. Un día Isabella le confeso en la noche a John – hijo de Emma – que su madre no tenia sangre en sus venas, solo veneno. Que estaba sorprendido que él no fuera igual a ella, ni a su padre.

– La noche buena, según para quién, llego a la casa, todos estaban en el gran salón de la misma. El Señor. Brown, Olivia con su pequeña hija Aurora en su brazos, Emma Brown y su vividor esposo "Callum Anderson", su hijo John, algunas amistades que pasaron a saludar pero Isabella partió a Queens a estar con su humilde familia a pesar de las reiteradas invitaciones del Señor. Anderson a que pasara ella con su familia cuando lo quisiera.

Demasiada casa para tan pocas personas, pero pequeña a la hora de que el sarcasmo y la maldad de Emma y su esposo Callum hagan de las suyas.

Empiezan a destapar regalos, por parte de Emma no había nada y menos para la pequeña Aurora, Olivia le había comprado un regalo a su sobrino John, una nueva computadora. Una puñalada en estomago de Emma.