Adios Emma.

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Pasado un tiempo, luego del terrible acontecimiento, la gran casona seguía habitada por la ciega Señora Emma Brown y su doliente mucama, y los reclamos de la servidumbre de la casona por el mal trato verbal y psicológico de la señora Emma que todo lo rompía, contra todo tropezaba a pesar de conocer la casa de memoria nunca le faltaba tiempo para maldecirlos a todos. Podríamos decir que la casona era un infierno gobernada por quién merece. Pero a todo demonio le llega el fuego es por eso que cuando Emma llamo a su hijo John para contarle sobre el episodio, John no solamente le dijo que lo merecía, también le dijo que era lo que ella había sembrado y que solamente esta cosechando lo que hizo, además de restarle interés a las suplicas de su madre le pidió que no gastara energías para hacer que lo llamaran ya que para el su madre había desaparecido hace muchos años.

Además, todo parece ser las fichas se ponen en su lugar, porque ahora, tras una llamada, Aurora hacia efectivo el segundo paso de su plan.

– Si, así es Aurora. – le dice uno de los dos abogados que tanto la conocían y querían – informándole que ahora ella era la apoderada de la Sra. Emma Brown y que debía tomar desiciones de forma inmediata de que hacer con ella, ya que el comportamiento y el deterioro de su salud mental estaba afectando a ella y a su entorno. Aurora corta la llamada esbozando una leve sonrisa, ya que no solo ahora Emma Brown esta en sus manos, sino también la casona la cual siempre le perteneció y Emma se la robó siendo menor de edad. Aurora se dirige a la casona donde paso parte de su infancia, la misma que Emma le arrebato para ubicarla en aquel lugar nefasto y pobre donde paso tres años de su vida, si, hablamos del famoso "campus" que le vendió Emma a su inocente y ciega sobrina para quedarse con todo.

Suena el timbre de la silenciosa casona, una de las sirvientas le abre las puertas a Aurora. En la planta baja de la misma se sienten los ecos de pasos firmes de tacones gruesos y la señora Emma, quien estaba sentada en un sillón pregunta a gritos:

– ¿Quién diablos es?, ¿Por qué hacen pasar a la gente a mi casa sin que yo lo sepa? ¿A caso son estúpidas?

– ¿Estúpidas?, creo que no – responde la voz de Aurora la cual Emma no identifica –

– Continua Aurora – creo tal vez que son tus esclavos, personas trabajadoras y humildes a las cuales no les queda, por ahora, otra opción que llevar a cuestas tus maltratos e insultos, dignos de una mujer poco educada a pesar de vivir como reina con plata robada a su padre o tal vez algunos millones heredados de su inservible ex esposo. O tal vez una casona millonaria robada a su verdadera heredera cuando era ciega.

– Pero ¿quién es? Maldita seas, ¿quién habla?

– Te habla tu propio demonio. Uno igual a vos, pero con un poquito más de rencor. O tal vez té hable un espíritu al cual tú misma mataste hace un tiempo.

En ese momento, un frio escalofriante recorrió el cuerpo de la ciega Emma Brown la cual con temor pregunta:

– No puede ser, ¿acaso eres Aurora?

– Si, hola tía Emma. Soy tu "Sobrinita Aurora" ¿Me recuerdas?, ¿o ya me enterraste? Porque según la mitad de Manhattan hasta flores vas a llevarme al cementerio. Hiciste lo imposible para que muriera, ciega y desprotegida, pero resulto con los años que a ese hermoso Loft al cual me llevaste a vivir no había gente que viviera para protegerlo. ¿Por qué?, porque tengo bondad, y sabes lo que hace la bondad, hace que un apartamento donde vivió un proxeneta asesino sea inofensivo para mi psicología. ¿No tienes bondad verdad?No, es algo que a ti se te olvido al nacer.

– Emma se puso tan nerviosa que mando pedir unas pastillas para los nervios.

– Tomate toda las pastillas que quieras, pero no soy como tu, no te voy a hacer nada tía, solo vine a decirte que ahora soy tu apoderada, que tu hijo decidió hacerse un costado para que yo tomara las desiciones porque tu hijo ya te vio bastante en su vida como para recordar la serpiente que eres, pero yo recién ahora te estoy viendo y si eres tan asquerosa como te imagine.

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