sonrisa

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"Dia 23 en monte hermoso:
El diablo me visitó esta noche, me dijo que no lo lograría. Mis cicatrices me recordarán todo lo que he sufrido, me dijo que soy debil; no vale la pena luchar, no puedo"...- en eso una mano quitó el cuaderno a su propietario.-¡¿que crees que haces?!
-¿de nuevo escribiendo esas cosas pesimistas?- dijo una chica mientras leía lo escrito.- esto es malo para ti izuku.
-dame mi libreta.- dijo el pecoso estirando el brazo y algo molesto.
-Mmmm... nop.- dijo la chica escondiendo el cuaderno detrás de ella.
-no es gracioso, devuélveme mi libreta.-dijo izuku mas molesto.
-no lo haré.-dijo la joven de manera juguetona.
-¡yue ayama! ¡dame mi libreta ahora mismo!-dijo el joven parándose del escritorio.
-tendrás que quitármela leoncito.-dijo yue con una sonrisa retadora.- alcanzame... si puedes.-dijo para salir rapido de la biblioteca.
-¡yue!-grito el peliverde mientras salia corriendo detrás de la chica.
Así los dos jovenes empezaron a correr por toda la casa principal, desde la biblioteca subterránea hasta el recibidor; entre risas y gritos los dos se divertían perdiéndose en el momento, corriendo por los largos pasillos hasta entrar en la habitación del pecoso: una recamara amplia con paredes de piedra tallada, un escritorio, un estante con libros, una mesita en el centro que tenia dos platos; uno con dulces y otro con frutas, un enorme sillon de madera cerca de la ventana con grandes almohadones de una brillante tela violeta y una cama grande cubierta solo con enormes pieles; todo iluminado por un candelabro y la luz del atardecer.
-ya te tengo ayama.-dijo el pecoso con una mirada seria.
-Dios mio, ayudame; un fuerte y muy guapo león quiere devorar a esta virgen e indefensa cervatilla .-dijo la pelirroja en un tono juguetón mientras retrocedía hasta tocar la cama.
-de indefensa no tienes nada. -dijo izuku corriendo hacia la joven.
-a canijo.-dijo antes de intentar saltar la cama.
Pero el chico se había vuelto mas rápido y le había sujetado por el tobillo, totalmente cegado el chico intento acercar a la joven tirando de ella, pero la muchacha se había sujetado del borde de la cama, asi que trato de inmovilizarla y por accidente le arranco la falda.
-¡izuku espe...!-dijo la chica, pero no pudo continuar ya que el peliverde apoyó su brazo en el centro de su espalda, lo que empujó su cara hacia el colchón.
-te atrape yue.-dijo el joven encima de la chica mientras tomaba su libreta.
-... no sabia que te gustara esto.-dijo la chica de forma coqueta.
-¿he?-dijo sin entender.
-dime izuku ¿eso que siento atrás es tu cinturón?-dijo girando la cabeza mientras alzaba levemente las caderas.
En eso el joven miro hacia abajo solo para ver como estaba empujando su pelvis contra el trasero de la chica, sin poder evitarlo sus nervios lo dominaron y dio un salto para alejarse de la cama; pero no pudo evitar contemplar el hermoso cuerpo de la muchacha.

En eso el joven miro hacia abajo solo para ver como estaba empujando su pelvis contra el trasero de la chica, sin poder evitarlo sus nervios lo dominaron y dio un salto para alejarse de la cama; pero no pudo evitar contemplar el hermoso cuerpo de ...

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-l-l-l-¡lo lamento yue!- dijo casi gritando mientras se inclinaba ante la chica.- ¡de verdad lo siento! ¡n-no fue mi intención!
-no te preocupes leoncito.-dijo la chica con una sonrisa mientras se sentaba al borde de la cama y acomodaba un mechón de pelo.- de hecho me gustó. Mmm... creo que le pediré a kemy que me corte el cabello.
-p-p-pero...
-no estoy molesta izuku.-dijo acercándose al joven aun con una sonrisa.
El pobre chico no pudo evitar que sus ojos contemplaran el hermosa piel de la chica, sus piernas, sus caderas, incuso su ropa interior quedando totalmente hipnotizado, cosa que la mencionada notó.
-¿te gusta lo que ves?- dijo yue moviendo sus caderas al caminar; pero al no recibir respuesta se sonrojó.-n-no mires tanto... me da verguenza.-dijo desviando un poco la mirada mientras tiraba de su suéter para cubrir su ropa interior.
El joven despertó del trance al ver el rostro de la chica.
-l-lo siento.-dijo izuku desviando la mirada con un notorio sonrojo.- n-no lo pude evitar.-dijo para luego darse cuenta de lo que había dicho.
En eso notó la sonrisa de la joven.
-e-entonces... ¿t-te paresco... b-bonita?- dijo bastante sonrojada.
-e-es obvio que eres bonita.-dijo el muchacho muerto de nervios.
-q-que alegria.- dijo la colorina con una terna sonrisa.- pensé que no te parecía atractiva.
-e-el atractivo de una mujer e-esta en el exterior.- dijo el chico aun sin mirarla.- su belleza esta en el interior... y tu... m-me pareces... h-hermosa...-dijo para darse cuenta de sus palabras.-¡bonita, quise decir bonita!- dijo ya soltando vapor por los oidos.
por su parte la chica estaba mas que ruborizada por el alago del muchacho.
-i... izuku...
-aunque a veces no te entiendo.- dijo algo avergonzado mientras se rascaba la mejilla con un dedo.- cuando estas con tus amigos o con algún chico eres seria, alegre; pero seria y algo cortante, sobre todo con solomon, como una brasa que apenas da calor o luz.-dijo para luego mirar a su amiga a los ojos.-p-pero cuando estas conmigo... eres risueña, bromista, cálida, incluso coqueta; como una hoguera que comparte su calor con fuerza o una antorcha que ilumina todo en la oscuridad. Apenas nos conocemos hace unas semanas... p-pero siento que te conozco mejor que cualquiera aquí.
-...es que...-dijo la chica caminando lentamente hacia el peliverde.- si estoy contigo... n-no tengo que fingir.- dijo mirando hacia un lado.- para que los altos mantos te tomen en serio tienes que infundir miedo.-dijo con un rostro algo triste.- no sirve de mucho ser alguien calmado. Se necesita gente valiente en la caza, p-pero... s-si estoy a tu lado... s-se que puedo ser yo misma, puedo ser tan alegre como quiera, se que si estoy triste me dejaras llorar a tu lado y harás lo que sea para animarme.
-pero ¿por que yo?-dijo el pecoso aun avergonsado.-¿por que me das tanta confianza? no nos conocemos tanto para eso.
-izuku... soy la asistente de yoko.- dijo yue tomando una de las manos del ex aspirante a heroe.- es mi trabajo estar a su lado; incluso cuando era su turno de vigilarte.
-eso explica que sepas que me encanta el katsudon, pero... ¿por que eres así conmigo?
en eso la chica apretó la mano del joven mientras lo miraba a los ojos.
-ya lo sabes izuku.- dijo un poco mas cerca de el a la vez que acercaba su rostro.- sabes bien lo que siento por ti.
-yue...- dijo el peliverde en un tono mas frio.- sabes bien lo que me pasó... sabes que aun me duele lo que ocha... lo que uraraka me hizo.- dijo con algo de ira en la voz.- no quiero sentir eso otra vez, ¡me niego a sufrir asi de nuevo! ¡si alguien intenta dañarme lo voy a...
-tranquilo leoncito.- dijo la peliroja mientras guiaba al chico a sentarse al frente de la mesita.- aquí nadie te hará sufrir... y menos yo.-dijo mientras tomaba una fresa para luego morderla.-si bien es cierto que los aldeanos desconfían de ti, los maestros te tienen mucho cariño.
-pero solo por mi apellido.-dijo de manera fria.- se que ellos esperan que me convierta en un cazador, que lidere a todos en la hermandad tal y como lo hizo mi padre... y que despierte mi poder... solo me ven como un arma ¡ite!- se quejó el chico al sentir un pellizco en su brazo.
-tonto.-dijo la chica con algo de molestia.- los maestros no te ven como un arma, ellos te quieren como si fueras parte de su familia, yoko te ama como si fueses su hijo de sangre, nana te ama como si fueras su hermano mayor... y... y-yo también te amo izuku.-dijo entrelazando sus dedos con el muchacho.- te amo desde que te vi a través del cristal vidente; amo tu fuerza, tu energia, tu valor... tu tenacidad para perseguir tus sueños aun si nadie cree en ti me hizo amarte cada vez con mas fuerza, cada noche soñaba con el dia en el que pudiera estar asi.-dijo acariciando las cicatrices de la mano.- poder hablarte, poder tocarte, reir contigo, llorar a tu lado... cada segundo contigo me hace enamorarme mas de ti.- dijo con un notorio rubor en las mejillas.
-yue... y-yo...- quiso hablar, pero un dedo de la muchacha se lo impidió.
-lo se, mi leoncito.- dijo yue retirando su dedo.- se que aun te duele el corazon.- dijo colocando su mano sobre el pecho del pecoso.- te duele que no confiaran en ti a pesar de todo lo que hiciste por ellos, tambien se que te duele lo que ese idiota y esa pe...- la joven se tomó un momento para pensar sus palabras.- ...lo que ese intento de mujer te hizo.- pero por eso estoy aquí, te prometo que voy a hacer que poco a poco recuperes la confianza en la gente y, si es posible, haré que me ames tanto como yo te amo a ti.-dijo con una enorme sonrisa.
sin poder evitarlo, el corazon del último belmont se agitó con fuerza en su pecho.
-"no... no otra vez..."-pensó el muchacho con temor.-"por que... ¡¿por que se siente tan calido?!" "¡¿por que me tiemblan las manos?!" " a-¿acaso yo..." y-yue...-se escuchó un tenue susurro en la habitación.
-dime, leoncito.-dijo la peliroja con una pequeña sonrisa.
-s-sabes bien por lo que pase, sabes todo lo que sufrí... todo lo que perdi. siempre he pensado en hacerlo todo por los demas, p-por eso me cuesta pensar un poco en mi.
-lo se, y eso también hizo que me enamorara de ti.- dijo cruzando los brazos.- deberías ser un poco mas egoista.
-e-entonces.- dijo temblando un poco.- yue ayama... p-puedo...¿p-puedo confiar en ti?.- dijo el peliverde con los ojos llorosos.
al ver al ojiverde así, la joven cazadora no pudo contenerse. lentamente subio sus brazos hasta la cabeza del chico, colocando gentilmente sus manos en la nuca para luego guiar al joven hacia su pecho en un abrazo protector, el cual el chico no rechazó. suaves caricias en el cabello, junto con el inconfundible aroma de las flores y el calor del abrazo fueron suficientes para el ex aspirante a heroe, sin poder evitarlo las lagrimas empezaron a bajar por el rostro del muchacho, sus brazos buscaron de manera inocente el cuerpo de la peliroja, tenues y cobardes sollozos se escucharon en la habitación mientras el cuerpo cansado del joven empezaba a temblar; como si de una melodia celestial se tratara una promesa adornó el mometo.
-te lo prometo, amor mio.- dijo yue suavemente.- aun si todo el mundo te odia; yo siempre te amaré, dame tu confianza, y yo te daré la mia, dame tu tristeza, y la cambiaré por alegria; dame tus lagrimas, y las cambiaré por sonrisas... dame tu corazón... y yo te daré mi vida.
-y-yue...
-lo se leoncito, se que aun no estas listo.- dijo la colorina mientras acariciaba la mejilla del peliverde.- tranquilo: te estuve esperando por varios años, puedo esperar un poco mas.-dijo con una pequeña sonrisa.- solo te pido que seas tu el que tome mi primer beso.
-...-el chico no sabia que decir, por lo que decidió ser un poco egoísta por primera vez.-...¿p-podemos quedarnos así un poco mas?
la joven cazadora solo pudo sonreir.
-todo lo que quieras.-dijo abrazando al muchacho.
sin poder evitarlo los dos se desplomaron sobre la alfombra, envueltos en la magia del momento, el pecoso aun tenia miedo de volver a sentir ese dolor, pero el calor de esa chica encendía en su pecho la llama del valor; para la cazadora cada segundo era un momento mágico. el poder conversar, bromear y abrazar al amor de su vida era simplemente indescriptible, ella sabia que su amor aun no podia ser correspondido, pero los momentos junto a el eran mas que suficiente para hacerla sonreir; sonrisa que era vista por un peliblanco al otro lado de la puerta.
-¿estas bien solomon?- dijo un peliblanco de gabardina blanca.
-...eso creo padre.- dijo el chico triste para luego soltar un suspiro.- c-crei que yo... crei que ahora que yue sonreia mas tenia alguna oportunidad...-dijo para ver de nuevo al interior del cuarto.-... ahora se que no.
-el amor es caprichoso hijo.- dijo soma colocando su mano en el hombro de su hijo.- te diria que lucharas por ella, pero al parecer hace años que solo tiene ojos para el.
-¿entonces solo debo renunciar?-dijo el peliblanco mirando a su padre mientras apretaba los puños.
-...a veces debes caer en las sombras para poder encontrar la luz.- dijo soma de manera tranquila.- algun dia encontraras a alguien que te ame con tanta fuerza que sentiras que el resto del mundo ya no importa.
-¿asi te sientes tu con mamá?
-...si, asi me siento con mina.-dijo soma con una sonrisa.
en eso los dos escucharon un grito en la planta baja.
-¡solomon, soma! ¡vengan a comer!- se escucho en el pasillo.
-...
-...vamos, tu madre nos espera.
-...si, mejor vamos no quiero que me quite mi cerveza otra vez.- dijo con una sonrisa nerviosa.
- jajaja... ese es mi hijo.
sin poder evitarlo el joven peliblanco miró por última ves la puerta de la habitación.
-"izuku... por favor hazla feliz".- pensó con amargura y resignación.
-¿vas a venir o no?-dijo soma con los brazos cruzados.
-ya voy.-dijo con poco animo.

la verdad de mi sangre (BNHA X CASTLEVANIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora