Después de casarme, los que me traicionaron renacieron

⚠️Capítulo 9⚠️

Ruan Tang es en realidad una persona fuerte y de gran corazón, hoy fue su noche de bodas, se casó con un hombre tan horrible y se mudó a una mansión tan espantosa. Si se tratara de cualquier otro Omega, por muy tranquilo que pareciera estar, habría estado dando vueltas en la cama y sintiéndose intranquilo. Pero la calma de Ruan Tang era de adentro hacia afuera.

Tras ordenar brevemente su cama, se duchó, levantó la manta y se acostó en la cama, quedándose dormido en unos instantes.

Y a pesar de todo, durmió muy bien, muy tranquilamente.

Un momento antes de quedarse dormido, llegó a pensar que había sido una noche de bodas 'muy buena', muy satisfactoria para él.

Pero lo que no sabía era que después de quedarse dormido, la puerta de su habitación se abrió automáticamente y su nuevo marido, el Duque Auston, empujó lentamente su silla de ruedas hasta el borde de su cama, mirando al dormido Ruan Tang durante mucho tiempo ayudado por la oscuridad de la noche mientras fruncia suavemente el ceño.

Era como si no hubiera esperado que Ruan Tang estuviera durmiendo tan cómodo y profundamente bien.

Había pensado que la tranquilidad y la audacia de Ruan Tang eran fingidas, y que tendría que revelar sus temores cuando estuviera solo. El duque Auston, que era temido por todos, no podía aceptarlo. Así que, después de dar vueltas en la cama hasta altas horas de la noche, optó por abrir la puerta de la habitación de su nuevo esposo.

Ruan Tang tenía un rostro hermoso que le hacía despampanante a primera vista, una piel que quería desprender y coleccionar, y un olor especial a feromonas que le hacía sentirse excitado al primer olfateo.

La primera vez que Auston vio a esta persona, sintió que era especial, tanto que quiso coleccionar su piel. Miró el rostro de Ruan Tang, observó cómo su hermoso pecho subía y bajaba con su respiración en la oscuridad de la noche, y Auston frunció ligeramente el ceño.

La piel era cálida y suave, y contenía una belleza inigualable que la piel de los robots y otros animales nunca podría sustituir.

Omega... qué criatura tan frágil y delicada.

Auston sabía que, si aplicaba un poco de fuerza en su mano y apretaba lo suficiente, Ruan Tang moriría y podría arrancarle la piel y recoger sus glándulas para sí mismo.

Podía acabar con la vida de este Omega cuando quisiera.

Pero Ruan Tang no se daba cuenta de ello, seguía durmiendo profundamente, sin sentir la palma de la mano de Auston cerca de su cuello, inconsciente del peligro inminente. Pero solo miraba el tierno rostro de Ruan Tang y de repente perdió el interés en hacerle daño y retiró la mano.

Hasta que no descubra cómo pelar la piel de Ruan Tang y conservarla exactamente como está en él ahora, y descubrir una forma para que las glándulas no pierdan tan exquisito olor, no procederá a matarlo.

Al fin y al cabo, se trata de un bien escaso y precioso. Hasta que pueda encontrar una forma de preservarlo, será mejor dejar los tesoros en este Omega por ahora. Además, este Omega también dijo que todo su ser le pertenecía ahora, ¿no es así?

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Ruan Tang no sabía nada del peligro que estuvo a punto de experimentar y durmió hasta el amanecer.

Ruan Tang se estiró y estaba considerando lo que debía hacer hoy cuando de repente se dio cuenta de que había alguien más en su habitación. Lo que le hizo darse cuenta fue que, en la oscuridad de la habitación, sintió que un par de ojos le miraban fijamente.