Después de casarme, los que me traicionaron renacieron

🪦Capítulo 45🍬

Auston no esperaba escuchar unas palabras tan divertidas de Zhou Yao, pero resopló una carcajada y con los ojos fríos hasta la médula: "Ruan Tang es mi omega, ¿quién eres tú para decirme que lo deje ir?".

El padre de Zhou Yao era un hombre poderoso, y él era el único hijo de una familia de gran esfuerzo, y había crecido con mucho amor y cariño. Incluso cuando se enfrentaba a un espíritu tan vicioso como el de Auston, no tenía tanto miedo.

Pero la inquietante mirada de Auston le hizo ponerse rígido, y le costó varios intentos sacar las palabras de su garganta: "Tú ... deberías saber que usted y él no son el uno para el otro, si realmente le gusta...".

"No te corresponde a ti decir si él y yo somos el uno para el otro o no". Auston le dirigió una mirada fría que le produjo un escalofrío.

La diferencia de estatus entre ellos era tan grande que, aunque Zhou Yao quisiera hablar, no sabía qué tipo de palabras debía utilizar para enfrentarse a Austen.

Zhou Yao se quedó mudo por un momento.

Pero Auston se rió sarcásticamente: "Pero tengo curiosidad, ¿de dónde sacaste el valor para decirme estas cosas, sólo porque fuiste su prometido, y una vez lo abandonastes, y le hiciste sufrir el desprecio del mundo por ese Ruan Xi?. Ahora sabes que te equivocaste, te arrepientes y tienes el valor de venir a molestarle en lugar de quitarte la vida por tu estupidez". Hacía muchos años que nadie tenía el valor de hablarle así, y Auston admiró su valentía: "Hablas de mí, pero tu fuiste quien le propuso matrimonio, rompio el compromiso y lo abandonó, dejándolo en ridículo frente a todos. Realmente no sé si llamar a Señor Zhou simple y estúpido, o egoísta y santurrón."

Este Zhou Yao le estaba haciendo cosas tan desagradables a Ruan Tang cuando decía que se preocupaba por él, lo que a Auston le parecía realmente ridículo.

Este era el tipo de alfa que más había visto, y el que no soportaba.

Zhou Yao nunca había recibido tal humillación en su vida, ni siquiera delante de Ruan Tang, pero maldita sea, Auston le había dicho unas cuantas verdades en su cara.

Estaba tan pálido que sintió un pinchazo en la cara y quiso encontrar una grieta en el suelo y esconderse allí.

"Si yo fuera él, también me daría asco ver a alguien así molestándome todos los días". Auston se negó a dejarlo ir y seguía diciendo palabras frías como el hielo.

¿Quién era este Zhou Yao, y qué clase de alfa era?

El rostro de Zhou Yao se volvió feo en un instante, tan avergonzado que ni siquiera se atrevió a levantar la vista para mirar de nuevo en dirección a Ruan Tang. Tras escuchar las palabras de Auston, se preguntó qué pensaría Ruan Tang de él.

Después de escuchar las palabras de Auston, Ruan Tang miró a Zhou Yao, que siempre había sido un hipócrita, en ese estado de angustia y finalmente sintió que su aliento contenido salía.

Cuando miró el rostro enmascarado de Auston, al que sólo se le veían un par de ojos azules, sintió que el alfa que tenía delante estaba lleno de un encanto sin igual, aunque estuviera sentado en una silla de ruedas. Ruan Tang miró inconscientemente a Auston con sus ojos iluminados como si viera a una gran y brillante estrella.

"Ahora, yo les digo esto". Auston se sintió bastante incómodo por la mirada de Ruan Tang, inmediatamente apartó los ojos, y ya no lo miraba, en cambio el rabillo de sus ojos barrió sobre Zhou Yao y Wen Run, advirtiendo: "Este omega es mi propiedad y me pertenece, si yo muero el muere conmigo".

A sus ojos estas dos personas no eran dignas de molestar a Ruan Tang en absoluto.

Originalmente quería dejar caer una dura advertencia y decirles que nunca dejaría ir a este omega y que lo quería para siempre con él. Pero al ver la mirada de Ruan Tang y pensando en los sentimientos qué tenía por él, temió que el malentendido de Ruan Tang se hiciera más profundo y no pudiera siquiera abandonarlo.