Después de casarme, los que me traicionaron renacieron

💊Capítulo 18💊

Auston asintió y dejó de hablarle de Ruan Tang, y volvió a charlar sobre los planes entre ellos.

Inmediatamente, Carlos dijo solemnemente: "No se preocupe, Alteza, todo se hará según sus deseos, y saldrán bien nuestros planes".

"En ese caso, te dejo a cargo de todo, tío". Auston miró a Carlos con confianza, como si estuviera satisfecho con sus logros.

Al cabo de un rato, Carlos salió del estudio de Auston, arrastrando su amabilidad y simpatía, y salió de la casa del duque con su porte aristocrático habitual e inexpresivo.

Cuando se marchó, Auston se sentó más erguido, su rostro ya no mostraba esa confianza que le dirigía a su tío, y soltó un bufido.

Muy a menudo, el parentesco entre los nobles era tan superficial y falso. Todo buscaban la manera de beneficiarse, sin importar a quien traicionaran.

Auston lo había aprendido desde muy joven.

Se rió burlonamente por un momento, pero de repente, el rostro de Auston se volvió sombrío, y no pudo evitar llevarse la mano a la sien, revelando una mirada llena de dolor, y su expresión malhumorada.

El intenso dolor hizo que sus manos se cerraran en puños, e incluso las venas del dorso de sus manos resaltaban.

Se esforzó y levantó su mano para tirar de la campana de la habitación.

En cuanto sonó el timbre, el criado que estaba en la puerta supo que el duque estaba de nuevo enfermo.

Cuando pensó en lo brutal que había sido el duque en el pasado, Aarón tembló de miedo y se puso pálido, pero tuvo que ir a buscar la medicina, y empujar cuidadosamente la puerta y llevársela a Auston.

"¿Es otro dolor de cabeza, mi señor?" preguntó Aarón, tratando de mantener la compostura.

Auston no dijo nada, tenía el ceño fruncido y los ojos enrojecidos por el dolor, mirando a Aarón con frialdad. Todo el cuerpo de Aarón se estremeció al verlo, quería salir corriendo, pero no se atrevía, así que siguió sosteniendo la medicina frente a los ojos de Auston.

Auston le dirigió una mirada profunda, tomó rápidamente la medicina de sus manos y  desenroscó el frasco, sacando una píldora y tragándola con agua.

Al cabo de un rato, la expresión de dolor en su rostro se alivió por un momento y agito la mano con impaciencia hacia Aaron, haciéndole un gesto para que lo dejara solo.

Al ver tal reacción por su parte, Aarón sintió una sensación de gratitud y se retiró lo más rápido que pudo. Cuando llegó a la puerta, el pobre Aaron, perdió enseguida todas sus fuerzas, sus piernas se debilitaron y estuvo a punto de caer al suelo.

No era frecuente que a Auston le dieran esos fuertes dolores de cabeza, pero cuando los sentía, era el doble de temperamental y brutal, y si alguien lo molestaba en ese momento, era seguro que moriría. Hoy Auston ha tenido uno de estos dolores, pero no ha hecho daño a nadie, para Aaron, que ha visto la crueldad del duque, piensa que ha tenido mucha suerte al salir vivo del estudio.

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Ruan Tang no vio a Seth durante todo un día, y empezaba a preocuparse de que este ingenuo criado haya ofendido a Auston de alguna forma y esté torturándolo, así que inmediatamente le pregunto al mayordomo: "¿Has visto a Seth, el criado que asignaste para que me atendiera estos días? ¿Por qué no ha venido hoy?"

El mayordomo pareció sorprenderse de que Ruan Tang se preocupara tanto por un criado, así que le dirigió una mirada de sorpresa e inmediatamente dijo: "Seth está enfermo y tiene permiso para descansar hoy, así que por favor no se preocupe señor. Me encargaré de que otro criado lo atienda".