🤒Capítulo 111🤒

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El odio en los ojos de Isao se hizo más fuerte cuando lo vio defender a Ryan: "Ruan Yang, me hiciste esto por él, eres tan amable, tan bueno".

Ruan Yang le miró con cara de desconfianza, en sus ojos sólo quedaba una indiferencia infinita.

"Ruan Yang, no sabes cuánto te amé una vez. Te veía como la única pizca de belleza en mi vida, un rayo de sol, y para poder estar contigo, seguía cubriéndome frente a ti, ocultando mi verdadero ser, haciendo lo que te gustaba...Cuando te propuse matrimonio, realmente pretendía parar mis ambiciones por ti, volver atrás por ti, ser un omega común y corriente, vivir contigo el tipo de vida simple que ambos queríamos vivir."

Miró con odio a Ruan Yang y le preguntó: "¿Por qué me rechazaste? ¿Por qué me has traicionado? ¡¿Por qué?!"

Isao actuaba como si nunca hubiera traicionado y engañado a Ruan Yang, y sólo recordara el rechazo de Ruan Yang hacia él. Odiaba a Ruan Yang ya que le había tendido la mano una vez y le había sacado del abismo, ¿por qué no podía tirar de él una segunda vez y salvarlo de nuevo?

Esta vez, realmente quería volver a subir, quería llegar a la orilla.

"Nunca fui yo a quien amaste, solo te amastes a ti mismo". Pero Ruan Yang ya había visto a través de su verdadero ser, y habló con palabras incomparablemente frías.

Nunca había visto una persona tan egoísta e interesada como Isao.

"Entonces, ya no te quiero, te odio...Como no estás dispuesto a salvarme, entonces me salvaré yo mismo e iré a buscar lo que quiero para mí". Isao miró a Ruan Yang con mala cara, como si estuviera poseído, sin escuchar en absoluto lo que decía, y dijo con desprecio: "Ruan Yang, ¿por qué sigues vivo, por qué despertaste?. Qué bueno sería que siguieras durmiendo y no te despertaras nunca". Miró a Ruan Yang con una ternura incomparable, pero las palabras que pronunció fueron espeluznantes: "Entonces, no tendría que odiarte tanto, y no tendría que ser tan retorcido como lo soy ahora".

Isao realmente no quería que Ruan Yang despertara, si Ruan Yang nunca despertara, siempre le quedaría esa pizca de bondad en su corazón, viendo a Ruan Yang como una luz de luna blanca, y no se descarrilaria, ni tendría que enfrentar la mirada fría y odiosa que Ruan Yang le estaba dando ahora, y mucho menos ver a Ruan Yang mimando a otro omega de esta manera.

Auston se sintió impaciente ante su distorsión paranoica, y ordenó directamente a sus subordinados : "¡Que alguien arreste a Su Alteza Isao!"

Antes de llegar, habían examinado el palacio con varios instrumentos y comprobaron que no había armas ocultas en el palacio, ni tampoco podía tenerlas Isao. No había forma de que el omega pudiera hacerles daño.

Los soldados estaban a punto de subir al trono del emperador y bajar a Isao.

"No hace falta que me lleven, iré por mi propia cuenta. Aceptaré este final, pero recuerda que estoy embarazado, y la ley imperial establece que un omega embarazado no puede ser condenado a muerte, sin importar las leyes que haya infringido". De forma espontánea y cohibida, Isao bajó de su trono y acarició suavemente la parte baja de su abdomen.

Por primera vez desde que se había quedado embarazado, sintió que el niño que llevaba en su vientre servía para algo, al menos atrasaria la sentencia de muerte para él.

Mientras la multitud lo observaba, todos se sentían tristes por el niño que llevaba en su vientre.

Cuando Isao llegó al frente de Auston y Ruan Tang, se detuvo de repente y dijo en tono de superioridad: "Auston, Ruan Tang, recuerden que sólo ganan porque tienen una vida mejor que la mía".

Después de casarme, los que me traicionaron renacieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora