I Wish [Cravity]

#5

Suelta un suspiro pesado y baja la cabeza cuando siente que ya no puede sostenerle la mirada a su madre. Está cansado, sólo quiere dormir un poco después de rendir los exámenes de fin de  parcial.

Se había esforzado mucho, cumplió con todos sus trabajos y perdió horas de sueño debido a ellos; olvidó que tenía que estudiar para uno pero esa materia era fácil y seguro se recuperaría en el próximo examen.

Una batalla pérdida no haría que se sintiera mal. Eso pensó antes de que su madre lo llamara pues acababa de recibir el correo con su boleta de calificaciones.

10,10,10,8, 10,10,10.

Ese 8 había sido suficiente para que su madre olvidara sus excelentes  notas en las demás materias, lo tacho de mal agradecido y de inútil por haber fallado.

Por eso estaba ahí, con la cabeza abajo, mordiendo su labio y aguantando sus ganas de llorar; sabía que había decepcionado a su madre con esa nota pero eso fue lo que pudo conseguir, y él estaba satisfecho con el esfuerzo que había puesto en cada una de sus materias; ecología no había sido su prioridad pero no la había  reprobado como muchos de sus compañeros de clase.

Si su madre lo hacía sentir como una mierda inservible, no quería imaginar como sería si  su padre se sumaba a su regaño.

Una bofetada le fue proporcionada por las frías manos de su madre y con eso rompió en llanto mientras cubría su ahora roja e inflamada mejilla.

Su pecho subía y bajaba, la presión que sus dientes ejercían sobre sus labios era tanta que no dudaba que empezarían a sangrar; su madre no dejaba de repetirle todas sus fallas y en la mente del chico de ojos grande no dejaban de aparecer cada uno de los momentos en los que tuvo que mantenerse despierto hasta que el sol volvió a aparecer.

¿No era suficiente para su madre?¿Tenía que seguir poniendo antes que a él las calificaciones?

No tenía sentido; el sólo quería descansar, dormir cinco minutos antes de hacer las tareas que le habían asignado ese mismo día, tenía que leer muchos libros en una sola noche y resolver un sin fin de ejercicios que sólo lograban hacerlo perder la mente.

Que su madre estuviera recitando  cada una de sus fallas no ayudaba a que la paz llegara a él.

—¡ Ve a tu habitación y no salgas hasta que termines toda tu tarea! —  le gritó aún más histérica que antes.

Él acató  la orden sin esperar una segunda advertencia, la ira dejó de gobernarlo y ahora la decepción subía a su barco. Debió de estudiar para ese examen aún cuando eso le costará la pequeña siesta que tuvo ese día. Si pudiera regresar en el tiempo hubiera permanecido despierto con tal de rendir el examen y que su madre se sintiera orgullosa de él.

Sacó su libro de cálculo diferencial y empezó a resolver cada uno de los ejercicios que pedía la tarea, se quedó estancado en varias ocasiones por un solo límite indeterminado, pero nada que no pudiera resolver regresando en sus pasos.