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El castaño tenía problemas, pero en pleno siglo 21 que alguien no los tuviera era algo inimaginable

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El castaño tenía problemas, pero en pleno siglo 21 que alguien no los tuviera era algo inimaginable.

Quizá este era uno de los más comunes y estaba haciendo una gran rabieta, pero para el castaño de 17 años, casi 18, era como si el mundo estuviera en su contra, como siempre.

Todos los adolescentes llegan a sentirse así en algún momento de su vida, pero él, él de verdad culpaba a los astros por todo lo malo le pasaba. Y no eran pocas las ocasiones en las que se le podía encontrar maldiciendo a la luna por eso.

Golpea su cabeza contra la mesa al no entender los números y letras que aparecen en su cuaderno, ¿Desde cuando las matemáticas llevaban letras? Se sentía tonto, demasiado tonto como para estar en sexto semestre de preparatoria, ¿Por que no lograba entender nada?

Su alarma rompe su hilo de pensamientos, las tres con cinco, el autobús está apunto de pasar y él tiene que ir al trabajo lo más pronto posible. Se siente aún más tonto cuando se da cuenta de que ha pasado dos horas de su vida sentado en un banco intentando resolver una derivada sin pies ni cabeza.

Guarda sus cosas con rapidez y corre hasta la parada, no le entusiasma el hecho de trabajar en una heladería pero es lo único que consiguió para poder ayudar a su madre con todos sus problemas.

La sonriente dueña del lugar lo recibe por la puerta de atrás, Ham piensa que va a ser regañado por llegar tarde pero muy por el contrario le pregunta si está bien.

No. Ham Wonjin no está bien desde los 10 años, pero eso era algo que no le gustaba compartir con nadie, así que asiente con la cabeza para colocarse el mandil de color café que forma parte del uniforme de trabajo. Ahí pasa siete horas de su vida, para sólo recibir una paga equivalente a 10 dólares.

Está cansado y quiere volver a casa, y sin embargo, tiene que ir a la biblioteca a terminar toda su tarea de investigación, puede hacerla en casa pero realmente las cosas serían más fáciles si tuviera una computadora.

Dando las 10 llega a la biblioteca y no tarda en adentrarse para hacer lo que se propuso, se ve tentado a perder el tiempo pero sabe que su madre volverá del trabajo y se preocupará si no está ahí, además alguien tiene que llevar a su pequeño hermano del auto al departamento.

El tiempo pasa volando y cuando se da cuenta va tarde a casa. Su madre va a matarlo, claro, después de verificar que nada malo le pasó.

Por qué si, Ham Wonjin tiene problemas, cualquier persona tiene problemas, pero Ham era un perfecto mentiroso.

Tras sus encantadoras sonrisas y divertidas bromas se ocultaba un chico lleno de preocupaciones y temores. Con mucho peso sobre sus hombros que era un milagro tenerlo aún luchando por mantenerse a flote.

Lo cierto era que él quería rendirse, lo haría, sentía que se rendiría muy pronto porque todo empezaba a superarlo. Iba a cumplir 18 años y el mundo ya parecía empezar a cansarlo. No, ya lo había cansado.

I Wish [Cravity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora