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Después de mucho tiempo el pelinegro ha llegado a una resolución.


Está enamorado.

Eso, en otras circunstancias, sería una gran noticia pero se siente muy confundido y le aterra saber que se encuentra bajo aquel embrujo.

Hyeongjun se enamoró de la única persona de la que no podía enamorarse, Sunshine, al principio pensó que estaba confundiendo su gran cariño pero después llegaron los problemas.

Wonjin dejó de contestar los mensajes tan frecuentemente como antes; para Song eso no supuso un problema al principio, sabía que Wonjin estaba ocupado pues tenía un gran examen que presentar, él de verdad lo entendía. Hyeongjun intentó animarlo de la mejor manera que pudo; con mensajes diarios de buenos días, con preguntas simples como un ¿Ya comiste? ¿Cómo va tu día? ¿Estás bien? No le sorprendió en absoluto que sus mensajes tuvieran contestaciones lentas o que no llegarán nunca.

Al principio no dolía, no lo hacía como ahora que revisaba su celular cada segundo esperando que aquellas palomitas se tornarán en azul. Para Hyeongjun era difícil sobrellevar la ausencia de Wonjin.

Se repetía una y mil veces que Wonjin estaba ocupado, que estaba estudiando para mejorar sus notas, que estaba trabajando o que estaba haciendo algo en lo que debía concentrarse. Se decía una y mil veces que no lo había dejado de lado.

Era muy difícil para él estar en esa situación, Wonjin era la única persona que le daba tranquilidad y lo reconfortaba cuando sus días se volvían cada vez más difíciles de llevar. Hyeongjun sabía que eso estaba mal. Estaba mal estar enamorado de una persona a la que sólo conocía por mensaje, de una persona que no podía darle lo que necesitaba.

Estaba mal porque sus padres nunca aceptarían que estuviera con un chico.

Hyeongjun se encontraba en la plenitud de su juventud, era sólo un joven de 17 años del que se esperaban muchas cosas; sus padres tenían muchas expectativas puestas en él y ya le había fallado a su madre por bajar sus notas no podía volver a defraudarla por cosas del corazón.

Su celular ilumina la oscuridad de su habitación y de inmediato corre a revisar la notificación que ha saltado en su pantalla; se decepciona al ver que solo es una notificación de sus redes sociales. Se encuentra en una constante lucha consigo mismo para marcar distancia de esos sentimientos pero que la otra parte desaparezca y aparezca igual que antes no ayudaba.

Hyeongjun podía hacer una lista de todas las veces que había deseado que Wonjin respondiera con la misma frecuencia de antes, quería poder pasar el día entero hablando con él de cosas sin sentido; de la escuela y los exámenes, de su grupo favorito y de las cosas que harían cuando se conocieran por fin. Hyeongjun estaba ahorrando para ir a verlo y poder invitarlo al cine o a comer en una linda cafetería. Quería hacer algo bonito por su hyung.

Son las dos de la madrugada cuando Hyeongjun es vencido por el sueño; sus párpados son tan pesados que aunque sabe que no debe quedarse dormido no le hacen caso y se cierran para no volverse a abrir hasta que su alarma suena a las seis de la mañana. Hyeongjun frota sus ojos e intenta despabilar el sueño por completo, lo hace cuando recuerda la causa de su desvelo.

Una llamada pérdida se registra en su pantalla.

Wonjin había cumplido su promesa. Pero él no pudo contestar.

No debió quedarse dormido, no debió dejar que el sueño le ganara, debió aguantar más porque sabía que Wonjin estaba ocupado y no podía llamar siempre que Hyeongjun se lo pidiera.

Abrió el chat con Wonjin y leyó los últimos mensajes dejados por el mayor.

Lamento llamar tan tarde, estaba terminando los deberes.

I Wish [Cravity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora