I Wish [Cravity]

#13

Los muebles de madera de caoba y el característico olor a manzana y canela para navidad eran las cosas que llegaban a su mente cuando pensaba en el amor.

Para él no había una mejor referencia para ese concepto que sus abuelos. Estar reunidos en la casa de los abuelos, con la chimenea encendida y el paisaje teñido de blanco; los suspiros de anhelo de sus primas y el brillo en los ojos de sus abuelos al deslizarse por el salón de su casa al ritmo de un tango argentino como cuándo se conocieron.

Por la época del año deducía que el invierno sería un poco más frío que el anterior, las lluvias en otoño habían dado una pista y las bajas temperaturas temprano por la mañana también eran un indicador de ello.

Quizá en un par de días sería la primera nevada del año y entonces entendía porque la imagen de sus abuelos llegó a él.

Un año más se escurría entre sus dedos y seguía sin encontrar aquel amor que había soñado desde pequeño. No culpaba a la suerte, ni al universo y mucho menos a la persona que estaba destinada a él. Era por completo su culpa. Estaba tan ocupado poniendo en orden su vida que olvidó por completo buscar su felicidad.

Tenían que entenderlo, había decidido estudiar fotografía y establecerse era mucho más complicado de lo que pudo haber imaginado; su único consuelo había sido siempre el amar su trabajo y el poder tener sus horarios flexibles. Woobin era su propio jefe y lo había logrado con base al sacrificio y el esfuerzo. No era puramente meritocracia, porque había tenido apoyo de la gente correcta en el momento correcto, pero le gustaba pensar que todo había valido la pena.

Lo hizo cuándo lo conoció a él, Kang Minhee, el hombre más hermoso en la faz de la tierra y quién hizo que su mundo se quedará estático y comenzará a levitar en otra órbita. Minhee fue como una colisión en su vida, y lejos de traer caos, le dejó orden y muchas ganas de amar.

Supo casi de inmediato que Kang Minhee era su otra mitad con tan sólo una fracción de segundo al encontrarse con la mirada en su fiesta de cumpleaños. Y fue una lástima que para Minhee esa noche no fuera tan mágica como lo fue para él. Pero Seo era perseverante, y se las ingenio para permanecer al lado de Kang sin incomodarlo y acercándose como amigos.

A Seo realmente no le importaba no tener una oportunidad con Minhee, lo único que deseaba era que el menor fuera feliz, por eso cada que podía le pedía a las estrellas y a la luna que Minhee fuera feliz, un día a la vez.

Para siempre.

Llegaba a verlo cuando el trabajo se lo permitía e incluso había días en los que Kang era quien le llamaba; eran amigos y para Woobin eso estaba más que perfecto. Seo no necesitaba que Kang correspondiera a sus sentimientos, sólo que lo dejara quedarse a su lado para verlo feliz.

Por eso Woobin caminaba rumbo a Stay Coffee en esa tarde fría de noviembre para encontrarse con Kang; que le había escrito un mensaje pidiéndole verlo porque estaba aburrido del trabajo, la hora de cerrar se acercaba y el ir a verlo podía ser la excusa perfecta para acompañarlo a casa y pasar más tiempo con él.

Cuando llega al café puede ver algunas mesas ocupadas, son muy pocas porque la noche es fría y cualquier persona preferiría estar en casa en vez de afuera. Minhee le saluda desde el mostrador donde ya está comenzando a acomodar las cosas para dejar ordenado y cerrar.

Rumbo a los últimos días de noviembre el ambiente navideño empezaba a sentirse en aire, Stay Coffee no era la excepción puesto que las decoraciones navideñas empezaban a llenar el lugar; de alguna manera la navidad era tan mágica como lo eran los deseos de cumpleaños y a la fuente de los deseos.

Seo no estaba tan seguro de si su deseo se estaba volviendo realidad pero había visto a Minhee sonreír más desde que lo pidió, y para él era un dulce consuelo saber que poco a poco Kang estaba recuperando su propio brillo.