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La universidad había dejado de ser lo que era en un principio, ya no era divertida o interesante. Para Ahn, ya no había una razón para seguir levantándose todos los días.

Su vida se había convertido en una rutina, ir de casa a la universidad y de la universidad a casa; si tenía suerte podía darse una vuelta por la biblioteca pero nada más. Los rastros de ese chico agradable se esfumaron tan pronto los vestigios de su relación con Kim desaparecieron en su totalidad.

Para aquel chico era tan doloroso ver al amor de su vida de la mano con una bonita chica de su misma facultad. Odiaba el momento en que la facultad de leyes y la de bioquímica quedaron en el mismo campus universitario cuando claramente no pertenecían a la misma división académica. Sus amigos cercanos sabían que su historia con Taeyoung había terminado de una manera tan abrupta y para los demás, eran sólo dos chicos que dejaron de ser mejores amigos. Era frustrante. Vivir en un mentira fue difícil, pero liberarse de ella lo fue un poco más.

Debió sentirse liberado, no tenía que seguir escondiéndose por temor a la reacción de las personas, podía disfrutar de su sexualidad de la manera en la que siempre quiso, pero algo no se sentía correcto en todo eso.

Ahn termina su jornada escolar a eso de las 10pm, tiene el peor horario que los directivos pudieron haber diseñado pero se consuela diciendo que a esa hora el transporte y la biblioteca están casi vacíos y no tiene que soportar largas horas del bullicio tan característico de Seúl.

Hoy tuvo una clase medianamente interesante, hablaron sobre hormonas y cómo influyen en prácticamente todo el funcionamiento del cuerpo. Seongmin no sería nunca un endocrinólogo, pero el mundo de las hormonas le llamó demasiado la atención. Un poco más cuando la profesora les explicó cómo las hormonas influyen, de cierta manera, en la orientación sexual.

Fue justo en ese momento en que Ahn Seongmin empezó a escuchar lo que su profesora tenía por decir; así que anotó el nombre de la bibliografía que compartió e hizo anotaciones acerca de lo que le parecía importante de la clase; fue así como una pregunta surgió en su pequeña mente brillante.

¿Las hormonas pueden cambiar a la sociedad?

Seongmin, un estudiante de bioquímica, un chico homosexual, alguien soñador; quién quería hacer una diferencia y dejar un mundo mejor para que nadie tuviese que pasar por la misma pena que él. Ahn Seongmin un chico en sus veintes que empezó una investigación en la mesa de su biblioteca universitaria que prometía cambiar el futuro: El embarazo masculino.

Esa noche, Seongmin durmió sobre libros de anatomía, endocrinología y genética; tenía anotaciones sobre química y biología; notas comparando la opinión de cada autor acerca de su interrogante. Artículos en donde se tocaba el mismo tema. Durmió ahí, en esa mesa de la biblioteca rodeado de libros de los que tenía muy poco entendimiento pero muchas ganas de descifrar.

La rutina de Ahn se rompió después de ese día, tenía miedo de compartir sus notas con alguien más; no porque pudieran robar su corta investigación sino por el miedo al rechazo. No quería que le dijeran que su sueño no tenía pies ni cabeza, y para la desgracia de algunos y la fortuna de muchos la ciencia sólo puede avanzar si es compartida.

Para él fue la fortuna.

Un día cualquiera, Ahn, iba camino a la biblioteca de la universidad a buscar unos libros para su tarea de química orgánica y si tenía tiempo podría seguir con su investigación. Releer lo leído y encontrar cosas que pasó por alto, Seongmin se tomaba su trabajo tan, pero tan, enserio que desde hace ya más de un mes en sus pensamientos no se cruzaba Kim Taeyoung. Había dejado de importarle si caminaba de la mano con alguien o si faltaba. Ahn Seongmin estaba recuperando poco a poco el protagonismo de su propia historia. Y eso se sentía tan pero tan bien que recuperó el brillo encantador que lo caracterizaba.

I Wish [Cravity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora