N/A: POr alguna RAZÓN WATTPAD ME PUBLICÓ EL CAP A MEDIO ESCRIBIR, NO ENTIENDO, BUT AQUÍ ESTÁ COMPLETO. I'm SORRY BABIES
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AGATHA CHRISTINA TENÍA UNA IDEA FANTÁSTICA.
Al menos eso era lo que pensaba mientras parloteaba sin cesar, caminando de lado a lado en el interior del despacho de su profesora y amiga, Dakota Zoe. A medida que pronunciaba las palabras, movía sus brazos para darle más énfasis a lo que decía, terminando su pequeño discurso con una pequeña sonrisa de orgullo, mientras que Dakota se atragantó con su bebida, escupiendo el líquido sobre el escritorio, y tosió como loca.
Reprimiendo una carcajada, Agatha le alcanzó un pañuelo para que limpiara su barbilla mojada y los restos de jugo esparcidos en la superficie del escritorio. Puso una expresión asqueada en su rostro.
—Nunca —dijo Dakota negando con su cabeza, y procedió a deshacerse del pañuelo que Agatha le había brindado—. Jamás —recalcó.
—Oh, vamos. Es buena idea —se quejó Agatha, aunque sabía que la metamorfomaga estaba odiando la idea con todo su ser. Si fuera ella en su lugar, también la detestaría, pero, al no estar en esa posición, no le importaba.
Dakota soltó una estruendosa carcajada, echando su cabeza hacia atrás para permitir que el sonido viajara por toda la habitación, retumbando en las esquinas. Reía de manera frenética, quejándose de que le faltaba el aire y que terminaría haciéndose pis si no paraba. Tomó varias bocanadas de aire para calmarse.
—Agatha, tus supuestas buenas ideas son las peores —le recordó, haciendo énfasis en la última palabra.
Agatha la miró haciéndose la ofendida, llevando una mano a su pecho y teniendo la boca abierta. Su propuesta era una fantástica idea y Dakota la rechazaba como si le hubiese propuesto enterrar el cadáver de James Sirius Potter.
—Dakota, tú sabes muy bien que te gustó la idea.
—No me gustó —reprochó la metamorfomaga.
—Tienes razón —concedió Agatha y Dakota sonrió satisfecha—, te encantó.
Ella abrió la boca, jadeando.
—Por supuesto que no.
—Que sí.
—Que no.
—Sí, arcoíris —dijo, refiriéndose al cabello de Dakota.
—Cállate, rubia oxigenada —contraatacó.
—Bola de discoteca.
—Fantasma de película muggle.
No pudieron evitar reír al escuchar los insultos tan estúpidos e inmaduros que se estaban diciendo. Parecían niñas de cinco años que no sabían la diferencia entre lo que era «bueno» o «malo».
