Nos encontramos yendo a la casa de Exequiel, pasan los minutos, pero fuimos por tantas calles que me pierdo, pienso "jamás voy a aprender el camino a casa del pelirrojo", es lejos de la mansión y son muchas vueltas, pero ahora sí, por fin llegamos
Una muy preocupada mujer se asoma rápidamente a ver por su ventana. Es Mía, verla recibirnos se siente bien, su amor es tanto que me sorprende, abraza fuertemente a su hijo y le expresa lo angustiada que estaba por él, luego de un tirón de orejas que le da, nota mi presencia, su sonrisa se expande aún más, como si fuese aquello posible realmente, me abraza con tanto cariño y me dice cosas muy bellas que agradezco, no hago más que sonreír.
De pronto una mano toma la mía, me estira y veo al muchacho llevándome hacia adentro de su casa –Por favor, dejemos que se reencuentren a solas. –sin entender miro sobre mi hombro y veo aquel abrazo, entre Mía y Luis hubo algo, que quiero saber, pero decido no preguntar y lo sigo hasta la cocina.
Al llegar abre la heladera, sirve un vaso de agua fría y comienza a tomarlo, no suelta mi mano en ningún momento, es más, me estira un poco más a él, para que frente a frente nos miremos fijamente, vuelve a servir agua y me ofrece para tomar, observo cada detalle, sus manos, las expresiones de su rostro, el destello de felicidad en sus ojos y noto también algo de curiosidad en su mirada.
Al ver sus labios recuerdo el beso y automáticamente mis mejillas toman un color carmesí. Él suelta una carcajada y pregunta: -¿Por qué tan nerviosa pequeña? –no hablé, obviamente no lo hice, no sé cómo explicar algo así. Creo que lo notó, borró su cínica sonrisa de “realmente te gusto” y la cambio por una un poquito más tierna, de cierta empatía tal vez. –Prometo no preguntarte sobre ese beso. –de repente estaba pegada a él, no sé cómo me acercó tan rápido ni por qué, sólo sé que abrí mis labios un poco por el asombro, sin dudarlo Exequiel aprovechó eso.
El pelirrojo me dejó completamente sin palabras y sin aliento. Me besó de una manera increíble, sentí tantas emociones en ese momento que no sé describirlo, sin saber besar intenté seguir su ritmo, hasta que su mano soltó la mía y acompañó a su otra mano que se encontraba en mi cintura, con cierta curiosidad tanteó el borde de mi remera. Sin quererlo me sobresalté, me habían tomado por sorpresa, no sólo él, sino que todos aquellos sentimientos también. Los centímetros que me alejé sólo alcanzaron para separar nuestros labios, el resto de nuestros cuerpos parecía estar cómodo con la cercanía que manteníamos.
Él sonrió pícaramente y dijo: -Prometo no preguntarte sobre aquel beso, si vos prometés no preguntar sobre estos. –juro que no me dio tiempo ni de pensar lo que me había dicho, porque volvió a besarme. Realmente era hermoso lo que estaba sintiendo, hasta que me alejó de repente, dejándome confundida se dio media vuelta y comenzó a sacar cosas de la alacena.-Voy a preparar café, aquellos dos tienen un largo rato de charla.
Miré a mi alrededor buscando la mejor manera de huír, o simplemente de alejarme de él. No quise interrumpir a Luis, entonces la opción que me quedaba era sentarme a esperar ese “largo rato”. Exequiel no dijo absolutamente nada, le agradecí mentalmente por dejarme en silencio con el torbellino que había en mi mente.
Terminó de hacer el café con leche, batido a mano, le tomó bastante tiempo, pero al probarlo automáticamente entendí la diferencia con el que es hecho en la cafetera. Llegué a dar un solo sorbo mientras observaba como se alejaba, desapareciendo por la puerta de aquella cocina, iba con dos cafés en mano para su madre y el chófer.
Tardó varios minutos en regresar, hasta que volvió, agarró su café y se sentó al otro lado de la pequeña barra que tenía aquellas altas sillas. Bebió en silencio, lo vi pensativo, no me miró en ningún momento, por lo que hice exactamente lo mismo, pero tengo que admitir que yo sí aproveché para mirarlo.
Este muchacho es realmente guapo, me tomo el tiempo de analizarlo con detalles y todo, su mirada color cielo, las pecas que son casi imperceptibles pero que cubren parte de sus mejillas, sus largas pestañas muy bien definidas que resaltan aún más sus ojos, el pequeño piercing en el lado izquierdo de su nariz, su nariz realmente perfecta, su sonrisa, no había notado que me gustase tanto hasta ese momento. Hoy sé que después de prestarle tanta atención es posible que lo encuentre en mis sueños.
Sonrío inconscientemente y eso parece llamar su atención, intentando disimular tomo un sorbo de mi café. Ese es el momento en el que me voy cuenta de que, mientras babeaba por verlo tan detalladamente, había tomado todo aquel delicioso café y no sabía si llegué a disfrutarlo completamente. Miro a Exequiel apoyando la taza en la barra, ahora sí él me miraba fijamente. Me sonrojé y torpemente le pregunté si había terminado su café para lavar las tazas y las cosas que él había ensuciado al preparar esa exquisitez.
Cuándo me pasa su taza, el leve roce de nuestras manos me pone nerviosa, y a eso tengo que sumarle su fija mirada que recorre mi cuerpo de pies a cabeza, lenta y dolorosamente mira cada detalle. Bueno, tal vez no fue tan lentamente, pero para mí y para mis nervios eso pareció tardar años. Mis labios se habían secado, los humedezco suavemente y muerdo el lado izquierdo nerviosamente.
Cuándo lo noté las tazas ya no estaban en mis manos, él las había tomado y apoyado en la mesada que estaba atrás mío, dejando lugar para agarrar mi cintura, levantarme y colocarme a mí también sobre aquella mesada a centímetros de las tazas.
Esta vez no puedo decir que fue un beso tierno y dulce cómo los de un rato. Me besó de una manera feroz, cómo si quería cada vez más de mis labios, rodeé su cintura con mis piernas y mis manos jugaron con su rojizo cabello, mientras él mantenía sus manos firmes en la encimera.***
¿Comenzó a hacer calor acá o es solamente mí impresión?
Jajaja, quiero verlas entonces en el próximo capítulo!!
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La chica del abrigo Amarillo - Preciosas mellizas #1
Teen FictionRubí y Esmeralda son mellizas, hijas de una famosa ex-modelo y un economista. Tras la separación de sus padres, revolucionó las redes la pregunta: ¿Esmeralda y Rubí Luck White realmente son hermanas? Entre el dolor, la confusión y las ganas de huír...