Seguimos hablando, chisteando, hasta jugamos a las cartas entre los tres.A eso de las una de la mañana llega mi madre con la doctora al cuarto, nos agradecen por haber estado con Esmeralda, entreteniéndola hasta ese momento. Beso la frente de mi hermana y luego el dorso de su mano, Andrés repite ese último movimiento exageradamente haciéndonos reír a todas, su elegancia fingida y su gracioso tono de voz al despedirse de "la damisela", cómo la había nombrado, resaltaron una sonrisa real en cada rostro.
Salimos del cuarto y ya en el pasillo lo miro sonriendo: -Gracias por alegrarle el rato, es muy importante eso.
-No lo agradezcas, me alegra muchísimo haber sido útil en una situación así. -dice con una gran y muy hermosa sonrisa en su rostro.
Sin saber que hacer me dirijo a la puerta de mi pieza, cuando llego allí me doy vuelta y me fijo qué hace él, lo veo de pie frente a aquella puerta, como congelado, entonces lo llamo para que me siga. Llega a mi lado, toma mi mano y entramos, lo guío hasta mi cama, dónde nos sentamos.-Lo de ser novios era sólo frente a mi hermana. -bromeo algo nerviosa porque continuaba sosteniendo mi mano.
Hizo caso omiso a mi comentario y se sentó en mi cama, me senté frente a él y decidí volver a romper aquel incómodo silencio.
-Yo hablé de muchísimas cosas hoy, quiero saber más de vos.
-Es súper tarde pequeña, debería volver a mi casa. Mía estará preocupada.
Cómo de costumbre, sin pensarlo y sin medir las consecuencias hablé: -Avísale que no llegas a dormir hoy- digo de prisa, cuándo me doy cuenta de aquello me sonrojo automáticamente.Agarré un cojín y cubrí mi rostro por la vergüenza. Al mismo tiempo él pica mi estómago y comienza a hacerme cosquillas, me río incontrolablemente mientras intento librarme de sus grandes manos que se habían apoderado de aquella parte de mi cuerpo. -Para, para. Por favor. Déjame respirar. Para- digo entrecortadamente por la risa.
Me doy cuenta de que mi blusa está más levantada de lo que debería estar, sus manos están debajo de aquella tela, haciendo contacto directamente con la piel de mi abdomen, sus piernas se encuentran una a cada lado de mi cuerpo, yo estaba tumbada en la cama y sus rodillas apoyadas en el colchón, se inclina un poco más y nuestras respiraciones agitadas se mezclan en el momento que él continúa acercándose más y más a mí.
Sus labios rozan los míos aparentemente pidiendo permiso.Mis manos, se encuentran sobre su pecho, porque segundos antes intentaba alejar sus cosquillas de mí, se mueven rápidamente, una a su cuello y la otra se entrelaza en sus cabellos.
Claramente con aquellas acciones le doy a entender que quiero que me bese, y con la mano en su cabello lo acerco aún más. Sus inquietas manos se mueven hacia mi cintura, luego hacia mi cadera, vuelven a mi estómago, una vez más a mi cintura hasta que tantean el borde de mi blusa. Todo esto mientras nuestros labios son devorados entre sí.
Él comienza a subir más mi blusa cuando recuerdo el conjunto de ropa interior que llevo puesto. Sí, llevo un conjunto de unicornios, es una mezcla entre rosa, lila, celeste y blanco.En este preciso momento lo único que sé es que esa no es la primera impresión que quiero darle a un chico, no a un chico que me gusta tanto, no a él y menos en una situación así.
***
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Espero que no me odies tanto por dejar el suspenso hasta el próximo capítulo. ¡Peeero! ¡¡Si me odias es bueno para mí, porque significa que vas a comentarlo!!
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La chica del abrigo Amarillo - Preciosas mellizas #1
Teen FictionRubí y Esmeralda son mellizas, hijas de una famosa ex-modelo y un economista. Tras la separación de sus padres, revolucionó las redes la pregunta: ¿Esmeralda y Rubí Luck White realmente son hermanas? Entre el dolor, la confusión y las ganas de huír...