CAPÍTULO III: EL POZO

243 35 5
                                    

Todo a mi alrededor estaba oscuro. Me moví cautelosa en el espacio y alcé mi mano, genial. Pude tocar la áspera pared del pozo, ¿porqué está todo tan oscuro?

Traté de enfocar con mi vista y aún cuando me acostumbré a la oscuridad seguía sin ver nada.  El abuelo seguro que había entrado en pánico y había sellado de nuevo el pozo a toda prisa.

Supongo que sólo hay una forma de salir.

Apunté hacia arriba y disparé formando un círculo, más o menos. Me agarré a los ladrillos desiguales del pozo para ir escalando. Escuché pasos agitados y la puerta siendo abierta.

-¡Los demonios han llegado!

Sí, ese es el abuelo. Al llegar arriba pegué un puñetazo a la madera que me separaba del exterior, se rompió fácilmente rasguñándome en el proceso.

-¡El demonio está saliendo! ¡Atrás!

Al asomar mi cabeza sentí un golpe en la frente, me había pegado algo ahí. Salí como pude y me arranqué el intento de sello que el abuelo había manuscrito y pegado en mi frente.

-¡Es Kagome, abuelo!

-¡No! ¡Es un demonio con la forma de mi nieta!- Me empezó a tirar agua purificada, bufé.- ¿¡Qué le hiciste a mi nieta, demonio del mal!?

-¡Papá, para!- Mi madre vino corriendo y me abrazó. Le devolví fuerte el abrazo, hacia tiempo que no los veía.

-Creo que os he echado de menos.- Les sonreí al separarme. El siguiente en abrazarme como si me fuera a ir de nuevo fue Sotā.- ¡Hey! Mira cómo has crecido en estos meses.

-¡Hermanita, te extrañé!- Acaricié su cabeza.

-¡Es un demonio! ¡Yo me aseguré de que no hubiera nada en el pozo!- El abuelo seguía con su cantinela.- ¡El sello estaba roto!

-Bueno, sobre eso.- Me miraron atentamente.- No vais a creer lo que os tengo que contar.- Miré a mi abuelo en específico.- Tus cuentos de locos resultan ser verdad: los demonios existen...Más bien existieron.

Y menos mal que lo sujeté a tiempo, el abuelo se desplomó. Mi madre gritó y mi hermano simplemente repetía que quería saber porqué decía eso.

Iba a ser un reencuentro largo, sí.

◇◇◇

-¡Tenemos que traerla de vuelta, Inuyasha!

La anciana no se enteraba de que esa mujer no era mi problema por más que se lo repetía. "Se acerca una tragedia, Inuyasha. Los demonio están nerviosos y al acecho, Inuyasha. Blah Blah Blah, Inuyasha."

-¿¡Me estás escuchando siquiera!?

-Keh, bruja pesada, no pienso ir por esa niña.- No me moví de mi posición en el árbol.- Ese pozo la hizo desaparecer, ni aunque quisiera podría volver.

-Su energía está ahí, Inuyasha. Algo la conecta con este mundo.- Kaede se mantuvo en silencio antes de continuar.- Ella...¿Ella se llevó algo? Algo que perteneciera a este mundo.

Lo pensé unos instantes. Ella había llegado con sus extrañas ropas y armas y así se había ido. A no ser que lo que se hubiera llevado de aquí fuera...

-Un fragmento de la perla.

Y la anciana contuvo el aliento.

◇◇◇

-Y eso es todo.

Todos me miraban en silencio sentados alrededor mía en la mesa. Mamá tenía una expresión de sorpresa y miedo, Sotā parecía estar asimilando si le gustaba la idea de que los demonios, contra los que luchaba en los videojuegos, habían existido realmente y que su hermana, osease yo, había tenido relación con uno de ellos.

Guntai軍隊 (Inuyasha X Kagome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora