Guntai軍隊 (Inuyasha X Kagome)

CAPÍTULO IX: LUNA NUEVA

Desde aquel día todo había sido un poco distinto para la humana y el híbrido. Ninguno de los dos sabía muy bien a qué estaban jugando, pero quien no arriesga no gana.

◇◇◇

Inuyasha esperaba impaciente la respuesta de la mujer, ella estaba en shock. Justo cuando iba a gruñir y alejarse como si nada hubiera pasado ella lo agarró del brazo.

-¿Sin marca?- Un hilo de voz salió de los labios de la muchacha.- ¿Es posible serlo de esa manera? ¿Estás de acuerdo con esto o te sientes presionado por mi? Porque si es así quiero que sepas qu...- Fue interrumpida.

-¡No seas tonta! Acepto porque yo quiero.- Acotó sin mirarla.- Y realmente sin marca no somos compañeros, pero podemos actuar como si lo fueramos.

-¿Lo haces para poder acostarte conmigo? Sabes que podemos hacer eso sin verte obligado a...- De nuevo fue interrumpida, esta vez el medio demonio agarró sus brazos para inmovilizarla en el sitio.

-¡Con un demonio, Kagome!- Gruñó y se sobresaltaron al escuchar gimoteos de Shippo, por suerte no se había despertado. Bajó el tono.- Nadie me obliga a nada, joder. ¿No eras tú la que pedías serlo? ¿Te has arrepentido acaso?- Inuyasha intentó camuflar su tono dolido por uno burlón. Odiaba el rechazo.

-No, jamás.- Afirmó manteniéndose aprisionada. Myoga le habló de lo territoriales que podían llegar a ser los seres de sangre demoníaca.- A lo que me refiero es que comprendo que es algo para siempre y yo no sé si voy a poder estar aquí tanto tiempo.

-Por eso no te marcaré ni me aparearé contigo para no correr riesgos.

-¿Aparear? ¿Te refieres a follar?- El chico se tensó y asintió.- ¿Por qué? Eso es algo que las parejas hacen.

-Porque te arriesgarías, podría marcarte si no puedo controlar mi sangre demoníaca.- La mujer asintió y el chico siguió esperando una respuesta. Bufó.- ¿Y bien?

-¿Piensas que me voy a negar? Te di mi palabra y acepto ser tu compañera.- El hanyou la soltó paulatinamente.- Aunque no sé muy bien en que consiste todo esto, no es una relación como las que tuve anteriormente.- El muchacho gruñó en advertencia.

-¿Cuántos?- Exigió.- Kagome, tengo que saberlo.

-Mi trabajo y entrenamiento no me dejan mucho tiempo, sólo he tenido dos parejas.- Quiso añadir algo más.- Pero ha pasado tiempo desde el último chico con el que estuve.- Inuyasha asintió complacido.

-Los compañeros se respetan, se cuidan y se complementan. Ser compañeros implica un vínculo superior, daré mi vida por ti de ser necesario.- Explicó.- La marca hace la unión más fuerte y eterna, pero realmente podemos serlo sin ella.

La chica asintió y le sonrió, casi cuatro meses llevaba aquí conviviendo día y noche con él, exceptuando unos días y por fin podía ver sus sentimientos correspondidos. Recordó lo que Myoga le dijo antes de irse y lo llevó a cabo.

Kagome ladeó el cuello exponiéndolo al medio demonio. Retiró su cabello y bajó el cuello de la camisa. Inuyasha respiró profundo y lo sintió acercarse, su pulso se aceleró al notar su nariz enterrada en su piel.

El híbrido olía, lamía y mordisqueaba a la hembra, ella soltaba pequeños suspiros de placer. Miró de reojo y comprobó que Shippo seguía en brazos de Morfeo, así que tomó la cabeza de Inuyasha y acarició sus hebras dejándolo hacer.

Con un gruñido se separó de ella, sus pupilas doradas estaban dilatadas y rayas moradas surcaban sus mejillas. Sus colmillos también parecían mayores. Respiraba fuertemente y se relamía los labios para rememorar el sabor.