Layla.La nieve podía verse caer por mi ventana, el cielo estaba nublado como siempre y por alguna razón no quería levantarme de la cama como lo venía haciendo desde que Anna murió, cabe destacar que tenía una cama nueva y tal vez era la comodidad del nuevo colchón. Sofía y Brandon se habían quedado a dormir; él estaba a mi lado izquierdo y ella en mi lado derecho.
Miré hacia arriba y pude apreciar parte de la decoración de mi habitación, unas nubes estaban puestas flotando por todo el lugar, tenían luces dentro y podía cambiar el color cada vez que quisiera y todo eso fue gracias a mi lindo vecino, quien había dejado una nota en mi tocador antes de que volviera a casa.
"Los ángeles viven en el cielo y tú no serás la excepción, mi ángel. Te amo.
—Con amor, Dash Berlot".
Sonreí ante el recuerdo.
Los profundos ojos azules de Dash, sus labios y gestos, su cabello negro que siempre estaba despeinado junto a su aura intimidante y su personalidad dulce me hacían seguir creyendo que estaba viviendo un sueño.
Brandon se movió un poco quedando con una de sus piernas encima de mí, lo que hizo que me levantara de inmediato. Todo en mi habitación era tan parecido a la estética de los Berlot pero con pequeñas diferencias en los adornos de color rosa, el marco de mi espejo blanco y las fotos que tenía colgadas de mi familia junto a mi tocador, estaba muy agradecida por todo esto que hicieron por nosotros.
Fui al baño y tome una ducha, cepillé mis dientes y al terminar estuve viéndome en el espejo por unos cuantos minutos.
—Eres perfecta. —alguien dentro de mi habló.
—No, no lo soy—refuté.
— ¿Por qué dices eso cariño?
Me observé por unos cuantos segundos más.
—Me hace falta un cambio.
— ¿Y qué harás? ¿Cuál será tu cambio?
Mi mirada viajó a todas partes por el lavabo buscando quien sabe que hasta que visualice unas tijeras, las agarre y volví a mirarme en el espejo, específicamente mi cabello mojado.
—Ya se lo que hare.
Terminé cortándome el cabello, me había crecido bastante desde la última vez donde me lo habían cortado recto y a los hombros, pero lo había dejado, ya no era recto sino un corte en "v" daba lugar en las puntas que descansaban en mi espalda baja.
—Ahora soy perfecta. —me dije.
Salí del baño y me vestí. Sofía y Brandon seguían tumbados en la cama como unos troncos.
Tome mi celular y le envié unos mensajes a Dash:
— ¡Buenos días!
—Te amo.—Te amo—recité mis palabras—. ¿Por qué no puedes ser honesto conmigo?—apreté mis puños—. Siempre tengo que enterarme de tus cosas porque alguien más me las dice ¿Por qué no puedes contarme más acerca de ti?
Una sensación de enojo recorrió todo mi cuerpo, me sentía tan frustrada porque se suponía que yo era su ángel y al parecer eso no era suficiente para que él pudiera abrirse conmigo, ser transparente.
Mi vista se nubló y comencé a ver el árbol que me había mostrado Blake.
Mi trono.
Mi hogar.
Mi lugar de mando.
La visión desapareció y volví a ver mi tocador, me acerqué y tome asiento en el taburete que estaba frente a él, encendí el aro de luz que estaba alrededor del espejo y empecé a maquillarme. No solía usar sombra de color rojo pero ese día me llamo la atención, un delineado un poco artístico en mi opinión me dibuje y en una hora o tal vez hora y media estuve lista.
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ANGEL BABY.
ParanormalLayla, vive en un pueblo llamado Skyville, donde existen rumores de que cosas un poco extrañas pasan en el frondoso bosque que lo rodea. Su vecino de hace algunos años, Dash Berlot, era un misterio latente para ella, y mirarlo desde la ventana de su...