ESPECIAL: "Navidad entre tus alas"

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🎄"Nunca juzgues a un libro por su portada, pequeño Grinch". 🎄

—Layla Mendes.

Dash.

—Mi ángel, la cena ya está lista—pronuncié en un tono de voz alto para que Layla me escuchara desde la cocina.

Era el día de navidad, nuestra primera navidad viviendo juntos.

Habían pasado unos cuantos meses desde nuestra partida de Skyville y aún seguíamos acostumbrándonos a estar lejos de casa, o por lo menos, Layla aún no lo procesaba del todo ya que extrañaba mucho a su padre. Días antes lo llamo para preguntarle si planearían verse en navidad, pero su padre no aceptó su propuesta, no quería que Layla volviera a tocar el pueblo, por otro lado, él no podía viajar para esas fechas porque había conseguido un ascenso en el trabajo y no le parecía correcto pedir permiso en ese momento.

Si hablamos de mi, no había vuelto a hablar con mis padres desde la mudanza, seguía sin poder creer que no quisieron apoyarme en mi decisión de seguir con Layla, después de todo, aún así sabiendo que ella me había salvado la vida.

Si no fuera por ella, no estuviera aquí.

—Huele increíble—expresó mi ángel desde el umbral de la puerta.

—Y sabe mejor—sonreí alardeando sobre el pollo asado, la ensalada y el pan de jamón. Lo había preparado viendo un tutorial en YouTube de una señora que solía ver mi madre cuando quería impresionarnos a mi padre y a mi en algunas ocasiones.

—Que bueno que Blake nos dejó solos—aclaró Layla mientras caminaba para tomar asiento en uno de las sillas al lado de la isla donde solíamos desayunar ella y yo.

—Aprecio ese gesto de su parte—dije.

—Fue muy lindo al hacerlo, ¿ves que no es tan malo como siempre me lo pintaste?—recostó sus brazos en la superficie de la isla.

Debía aceptarlo, Blake a pesar de todo los inconvenientes que habíamos tenido desde la mudanza, siempre respetaba el espacio entre Layla y yo y verdaderamente apreciaba mucho su empatía, o por lo menos era lo que yo creía que sentía.

—Tienes razón, mi ángel. Sin embargo, aún no lo pintes como un santo—la miré.

Sus ojos seguían atrapándome cada vez que los veía.

—Tus ojos no se cansan de ser tan brillantes—me dijo.

—Creo que no. Tu tampoco te cansas de hacer que cada día me vuelva más loco por ti—sus mejillas se sonrojaron al escuchar mis palabras.

Luego de unas risas y ya estando la comida servida, me senté a su lado.

— ¿Te das cuenta que esta es nuestra primera navidad juntos?—se dirigió a mi.

Sonreí.

—Eso mismo me estaba planteando cómo hace diez minutos. Nunca pensé que sería tan pronto. No digo que sea malo—aclaré, es solo que estoy impresionado de lo rápido qué pasó todo.

—Tienes razón—asintió.

—Aunque era imposible que te resistieras a mi—bromeé.

Ella me dio una expresión de asombro súper graciosa.

— ¡Que estupidez!—exclamó—. Tu caíste primero a mis pies, tonto ángel.

—Si tu lo dices, mi ángel.

Ella me dio un golpe en el hombro.

•••

Luego comenzamos a cenar, sin contar que era casi media noche.

ANGEL BABY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora