Dicen que a las cosas amargas les falta ese toque dulce para que quede perfecto...
Lalisa Manoban una alfa de 25 años a la cual le rompieron el corazón, y a causa de esto ya no existía esa chica alegre que hacía bromas con todos sino se volvió una c...
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La pareja caminaba con las manos entrelazadas y una sonrisa que adornaban en sus rostros hacia el restaurante 'Frame Brasserie'.
La tarde se la pasaron entre risas y besos para después llegar la noche donde festejarían con una cena su aniversario de novias.
- Te gusta el lugar? - Pregunto Lisa hacia la castaña que miraba su alrededor con entusiasmo.
- Es muy hermoso - Respondió con una sonrisa - Me gusta mucho la vista.
Cualquiera que estuviera en su lugar hubiera dicho lo mismo, estaban sentadas en unas de las mesas que estaban cerca al balcón, dónde daba vista hacia la Torre Eiffel. La atracción de la cual la Omega se había quedado encantada.
- Y.... Y ya llegó el momento de mi sorpresa? - Pregunto la pelinegra, desde que la contraria había mencionado sobre una sorpresa no podía quedarse tranquila para descubrir que era.
Parecía una niña pequeña que estaba su regalo por la víspera de navidad.
- Ten más paciencia amor - Dijo Jennie a lo que Lisa gruñó.
- Pero cuánto más debo esperar? - Al parecer la intimidante alfa estaba empezando un berrinche.
Kim soltó una risa al ver a su novia pataleando con un puchero en sus labios.
- Solo espera si? - Respondió Jennie ganándose una mala mirada de parte de Manoban.
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La cena la pasaron muy alegres, Lisa había estado incistente por unos momentos pero después quedó en el olvido cuando los nervios invadieron su cuerpo.
Si bien se sabía que Jennie le tenía una sorpresa, Manoban también, en todo momento tuvo la cajita que llevaba el anillo de compromiso escondido en su saco o en otro lugar de la suite que se hospedan.
Pov. Lisa:
Que si estaba nerviosa? Claro que sí, durante días estuve practicando que decirle mientras le proponga matrimonio y realmente me pondría muy feliz cuando pronuncié la palabra 'Sí' antes las miles de palabras que quiero decirle. Pero seguro lo olvidaré por lo nerviosa que estoy.
- Podemos caminar cerca de la Torre? - Pregunto Jen sacándome de mis pensamientos.
- Claro que sí - Respondí con una sonrisa.
Ella se levantó de la silla con una pequeña risita para después agarrarme de la mano y jalarme hasta el primer nivel del restaurante.
Un pie afuera de aquel restaurante y pude sentir el frío viento golpear nuestros rostros haciéndome temblar.
- Tienes frío? - Pregunté a lo que ella negó con la cabeza - Segura? - Repitió su acción y deduje que era influencia de los nervios.
