X. Heridas que no quieren sanar.

18 4 0
                                    

El sol empieza a ocultarse y Annia no encuentra como describir lo que siente. Esperaba una charla con Galia en la que ambas dirían lo que sentían, incluso esperaba los gritos y reproches de la mujer. Pero simplemente no ha pasado nada, ha sido como si nada de lo que sucedió hubiese sido real, como si la carta que dejó para Annia no hubiese sido escrita. En ese momento la chica se sintió temerosa de sacar el tema a la luz. ¿Y si Galia cambió de opinión y está tratando de corregirlo? Pero es complicado creerlo después de todo lo que dijo en una llamada y en el papel.

Quizás podría definir su día como intenso, aunque también como luminoso, y por primera vez la luz no parece asustarle. Y es que resulta que extender los brazos y permitir que tu piel conecte con la de alguien más, puede ser igual de bello que mirar el atardecer o ver a un par de perritos jugar. Tal vez abrazar a Joel pueda parecer común, quizás pueda no ser tan significativo para él, pero lo que Annia tiene claro, es que ella pudo sentirse cerca de alguien, eso ahora parece valer más que las teorías que su mente pueda construir.

Toma el libro que ha terminado de leer y lo devuelve a su sitio, lista para tomar escoger su próxima lectura. Detiene su búsqueda cuando Galia se para a un lado suyo a mirar los libros.

—Veo que leíste mi libro —menciona mientras coloca su mano sobre este.
—No podía dormir y estaba aburrida.
—Cuando compré ese libro esperaba ser la primera en leerlo —dice y por un instante Annia puede sentirlo como una especie de reproche.
—Estaba cerrado e intacto —encoge los hombros sin pesar alguno—. Alguien tenía que desempolvarlo.

Annia no ha caído en la cuenta de que es la primera vez que responde a un reproche de Galia, como si hubiese dejado de importarle la reacción de la mujer. Aunque la chica no lo notó, la mujer si, y es evidente la sorpresa en su mirada ante la respuesta de su hija y la media vuelta que dio sin detenerse a mirarla a los ojos. Es ahora Galia quien empieza a concluir que Annia está enojada, se cuestiona si eso es lo que buscaba al escribir esa carta, sabe que la culpó plenamente consciente de lo que quería decir, si quería hacerla sentir mal, ¿pero realmente quiere verla enojada con ella?

Todo pareció cambiar en el momento en el que Andrés llamó para decirle que su hija estaba enferma, más duro fue el golpe cuando el doctor habló con ambos. Se ha tratado de una semana llena de incertidumbre en la que lo único que esperan son los resultados de cada uno de los análisis hechos a Annia. Ha soñado con su hija en miles de escenarios y es ahora cuando entiende las pesadillas de Annia y las noches de insomnio que la invadían, es ahora ella quien las padece, no ha dejado de preguntarse qué pasará, no ha dejado de sentirse asustada. Pasó toda una tarde llorándole a Vanesa los miles de miedos que sentía y la culpa que se apoderaba de ella por no haber cuidado lo suficiente a la niña que se hacía cargo de ella, la niña que no hacía más que velar por ella. Camina hacia la entrada de la habitación de Annia y la encuentra haciendo un par de garabatos en una libreta, la observa con atención y por esta vez es ella quien tiene miedo de acercarse a su hija. Creyó que hacer como si nada hubiese pasado solucionaría sus vidas, dio por hecho que Annia lo olvidaría, el problema es que ahora no tiene muy claro si su hija de verdad lo ha olvidado, cae en la cuenta de que, de la misma manera que Andrés, simplemente no conoce a su hija.

***

Las luces tenues iluminan el lugar, mesas de hierro pintadas de color negro rodean el centro de la plaza y en este se puede apreciar a un trío de hombres mayores tocando un saxofón, un piano y un violonchelo. Resulta interesante la sintonía en la que se encuentran los tres para interpretar Stand by me de Ben E. King y transmitir tanta paz y alegría, no hay que ser experto en música para percibir la experiencia que tienen con la música, menos para darse cuenta de que disfrutan de compartir su música con la gente. El ambiente transmite tanta calma que casi parecer ser el lugar ideal para una cita romántica, el sitio perfecto para las declaraciones de amor.

Sin CaerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora